Hace 28 años en Mendizorroza se originó el "Pío, pío, pum, pum"

El Alavés se cruzó en el camino de Las Palmas en la liguilla de ascenso a Segunda en 1995 y le remontó un 0-1 con goles de Iván Campo y Serrano al son del cántico contra la UD

Juan Carlos Socorro, a la derecha, intenta eludir el marcaje de Eladio, del Alavés, en una acción de la primera mitad, cuando Las Raimas apretaba.

Juan Carlos Socorro, a la derecha, intenta eludir el marcaje de Eladio, del Alavés, en una acción de la primera mitad, cuando Las Raimas apretaba. / LP/DLP

David Rodríguez

David Rodríguez

Corría el año 1995 y la UD sumaba su tercera temporada en las profundidades de Segunda B después de haber dejado pasar dos veces el tren de vuelta a la categoría de plata en la liguilla de ascenso. En el seno amarillo pensaron que a la tercera debía ser la vencida, pero el Alavés se cruzó en el camino de Las Palmas y le pospuso una temporada más para que fuera Pacuco Rosales el encargado de la gesta en 1996 en Elche.

El rival del conjunto amarillo este sábado por el ascenso a Primera División vuelve a reencontrarse 28 años después con la Unión Deportiva por un viaje a la mutación de categoría. El Glorioso visita el Gran Canaria en la última jornada de LaLiga SmartBank con la obligación de ganar en tierra ajena. En el 95, en cambio, la liguilla enfrentaba a los dos conjuntos en un ida y vuelta con otros dos equipos –Jaén y Gramanet–.

En la primera jornada de la fase de promoción, el equipo que dirigía Iñaki Sáez en su segunda etapa tras sustituir a Paco Castellano a la conclusión de la jornada 38, se midió al Alavés. El resultado, 1-1 en el Insular con goles de Serrano por parte vasca en el minuto 38 y de Verona para los amarillos 120 segundos después para el definitivo empate en el cartelón.

Después, Las Palmas volvió a empata a un gol contra el Jaén y en la tercera cita de la liguilla pudo sonreír por primera vez con el 3-2 al mismo rival –Edu García, Miguel Ángel Valerón y Juan Carlos Socorro le dieron la vuelta al 1-2 momentáneo que se vivió–.

Con este devenir, el equipo amarillo viajó hasta Mendizorroza para jugarse una especie de final contra el Alavés, el equipo con el que se iba a jugar las habichuelas de cara a la promoción a Segunda.

La alineación que dispuso Iñaki Sáez para medirse al conjunto babazorro en aquel 17 de junio de 1995 fue la siguiente: Manolo; Padrón, Víctor Afonso, Eléder; Miguel Ángel Valerón, Oti, Edu García, Verona, Socorro (sustituido por Edu Ramos en el 82’), Robaina (cambiado por Axier en el 46’) y Sarriugarte.

La UD sabía que tenía que ganar el partido y planteó un partido ofensivo desde el primer minuto. Defensa de tres, con Víctor de líbero y un centro del campo plagado de hombres correosos para dar libertad a Toni Robaina y Sarriugarte, que venía del Oviedo y con pasado en el Athletic Club.

Y precisamente el delantero de Durango abrió la contienda con un tanto de nueve al recibir el balón en profundidad en el área defendida por Tito después de que Oti le prolongara el pase que había recibido en banda de Verona.

Sin embargo, con el 0-1 a Iñaki Saez le dio el arrebato de amarrategui, como hizo años después cuando fue seleccionador nacional, y dejó huérfano a la UD del talento de Toni Robaina para poner a Axier y defender el marcador favorable desde el descanso.

Entendió Araguren entonces que con este movimiento podía prescindir de Mujika e ingresar a Castillejo en su ataque, además de liberar a Iván Campo de las labores de marcar a Robaina.

Precisamente el que años después se convirtiera en defensa de la selección española y el Real Madrid fue el encargado de empatar el partido con un cabezazo a ras del césped de Mendizorroza tras lanzarse en plancha a pase precisamente de Castillejo.

La puntilla la puso Codina tras enganchar un centro de Iván Campo, que se había colocado como lateral –infausto recuerdo cuando lo hizo contra Nigeria en Francia 1998– y rubricó el 1-2 definitivo y dio rienda suelta al: «pío, pío, pum, pum» de la afición alavesa.

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