La UD Las Palmas blinda a una de sus estrellas hasta 2027

Pejiño, que terminaba contrato en 2024, amplía automáticamente tres temporadas más con el ascenso. Marcó seis goles este curso

Once inicial de la UD en la cita ante el Alavés.

Once inicial de la UD en la cita ante el Alavés. / Jose Carlos Guerra

Hay Pejiño para rato. No hay temor a una salida este verano del que para muchos es el mejor jugador de la plantilla. Porque Francisco Jesús Crespo amplió automáticamente su contrato hasta 2027 en cuanto la UD Las Palmas confirmó su ascenso a Primera División el sábado pasado tras empatar frente al Deportivo Alavés en el Estadio de Gran Canaria (0-0) en la última jornada del campeonato. En otras palabras, el extremo de Barbate tiene un nuevo vínculo con la entidad amarilla para las próximas cuatro temporadas.

Lo tenía en principio hasta 2024, lo que significaba que en las próximas semanas o en el próximo par de meses debía ampliar su contrato o ser vendido en el mercado estival, porque de lo contrario habría sido libre de negociar con cualquier otro equipo a partir del 1 de enero del año que viene y podría haberse marchado de la UD sin dejar un sólo euro en las arcas. Sin embargo, tanto Peji como el club tenían un as en la manga con el que las dos partes iban a salir beneficiadas, como así ha sido: en el caso de que el equipo subiera a la máxima categoría, la continuidad del jugador estaría garantizada hasta 2027.

El club y el jugador incluyeron la cláusula cuando revisaron el acuerdo en el verano de 2021

Dicha cláusula la incluyeron cuando la UD y Pejiño, por sorpresa, firmaron una ampliación de contrato en el verano de 2021, sólo un curso después de que el gaditano llegara a la Isla procedente del Sevilla Atlético, donde había jugado las temporadas anteriores, en Segunda B –llegó a disputar dos encuentros en Segunda cuando el filial del actual campeón de la Europa League militó en la categoría de plata–. En el momento en que Las Palmas le fichó en 2020, justo después del curso de la pandemia, el extremo había sellado un compromiso por dos temporadas, hasta 2022, aunque existía la opción de una tercera. Pese a todo, Luis Helguera lo vio claro: había que apostar por Pejiño.

Sin dudar

Y no falló; el tiempo le dio la razón. Cuando la dirección deportiva decidió hacer un nuevo contrato al barbateño hasta 2024 sólo un año después de haber aterrizado en la Isla y con una cláusula que lo ampliaba tres campañas más si el equipo lograba el ascenso lo hizo justo después de un campeonato en el que el futbolista apenas pudo brillar por culpa de una lesión, un infortunio doméstico que le hizo estar de baja entre finales de octubre y principios de febrero porque tuvo que pasar por el quirófano para reparar el tobillo.

Pejiño celebra su primer gol al Tenerife esta temporada.

Pejiño celebra su primer gol al Tenerife esta temporada. / José Carlos Guerra

Antes, todavía con el Estadio vació por los efectos del coronavirus, había sorprendido a los escépticos, mayoría entonces porque casi nadie le conocía. La velocidad, el regate, el gran golpeo con la zurda y los disparos a puerta asombraron a todos. En ese momento Pepe Mel le colocaba en el extremo izquierdo, aunque él siempre ha preferido ser mediapunta, algo que, pasados los años, aún no ha conseguido.

Aquella primera temporada (2020-21) la cerró con apenas 21 partidos –tuvo otra lesión en el tramo final–, en los que marcó cuatro goles y dio dos asistencias. En la siguiente, la pasada, no tuvo mejor suerte, ya que un grave problema en el tendón del aductor derivó en una pubalgia de la que tuvo que operarse posteriormente. Había empezado como un tiro, pero la mala suerte volvió a saludarle: desde finales de octubre sólo participó en la última jornada y en los dos duelos del playoff –en total, jugó 14 choques–. Antes de la lesión había dejado cinco goles y una asistencia, ya como extremo derecho.

De no subir, habría terminado en 2024; tras dos cursos de lesiones, explotó en este con seis goles

Y no fue hasta el curso que acaba de terminar que Pejiño por fin explotó, si bien le costó entrar en el equipo de Xavi García Pimienta. Su sanción en las dos primeras jornadas del campeonato por haber sido expulsado en la vuelta del derbi le lastró hasta el punto que Álvaro Jiménez fue considerado titular. Además, en las oportunidades que tuvo desde el inicio no destacó como se esperaba de él, sin embargo, llegó una nueva cita ante el Tenerife en el Gran Canaria y explotó: dos golazos suyos con zurdazos imparables abrieron el camino de la revancha.

Desde entonces el andaluz fue un fijo para el técnico catalán, que sólo le dejó fuera en un puñado de partidos. El jugador no fue ajena al bajón del equipo en general entre marzo y abril, pero reapareció con su mejor versión para coronar el ascenso, si bien su último gol fue a principios de marzo, frente al Málaga. Su registro final: 33 partidos, seis tantos y cuatro asistencias. Sin duda, su mejor temporada como amarillo.

Rotura de 26 milímetros

En el último encuentro el barbateño se rompió a los 20 minutos producto de sus nervios, de un estrés acumulado durante toda la semana por el ansia de subir a Primera. Sufrió un rotura de 26 milímetros en el bíceps femoral, pero al final dio igual; en un par de semanas, ya de vacaciones en su tierra natal, podrá realizar algún ejercicio para llegar a tope al inicio de la pretemporada en la primera semanas de julio.

Porque Pejiño seguirá en la UD Las Palmas. Su ampliación de contrato automática hasta 2027 no sólo garantiza al club blindar a uno de sus mejores jugadores, sino poder negociar con otros clubes por él en el verano de 2024. El extremo, por su parte, está muy feliz en el club y en la Isla, y no quiere marcharse. Todos ganan.

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