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En septiembre y ya una final

Ganar el domingo al Granada, con el Bernabéu a la vista, se convierte en necesario para la tranquilidad de la UD, que llama a la confianza

Es el peor arranque del equipo desde 1980

Jonathan Viera golpea el balón ante la oposición de Badé –con Sergio Ramos en primer plano– durante el Sevilla-UD del pasado domingo. | | LOF

Es septiembre y la UD Las Palmas tiene una final ya. No en el sentido estricto de la palabra porque quedarán por delante nada más y nada menos que 32 jornadas, pero el mundo del fútbol la ha aceptado desde hace mucho tiempo para definir un partido muy importante, un duelo cuyo resultado puede determinar muchas cosas. Y el que afronta el cuadro amarillo, penúltimo, el próximo domingo (17.30 horas, Movistar) frente al Granada CF, antepenúltimo, es uno de esos, porque ante un rival de su Liga, otro recién ascendido, está obligado a sumar su primera victoria para ganar crédito.

Con el Santiago Bernabéu como siguiente destino sólo tres días después, el miércoles 27 (18.00), urge a la UD ganarse un aval en forma de triunfo que dé tranquilidad al grupo y, sobre todo, a la afición, fiel y ruidosa por toda España, pero entendedora de fútbol y al borde de la desesperación con un equipo que no gana ni marca, y que no empezaba tan mal en Primera División desde hace 43 años, en 1980. Ni siquiera en la temporada del último descenso, la del esperpento.

Si bien la zona noble de la entidad amarilla transmite tranquilidad con el proyecto y aseguran que el puesto de Xavi García Pimienta no corre peligro pase lo que pase dentro de cinco días en Siete Palmas, los resultados mandan, y una derrota podría precipitar acontecimientos inesperados cuando comenzó el curso el pasado 12 de agosto. Desde entonces, cero victorias, dos empates, tres derrotas, un sólo gol a favor –en la primera jornada y de penalti– y cuatro en contra, es decir, dos puntos de 15 posibles, igual que en el peor registro anterior en la máxima categoría hace más de cuatro décadas.

Urge a la UD que las buenas sensaciones por momentos se traduzcan en la suma de tres puntos

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El director deportivo Luis Helguera, que suma una año y siete meses desde la última vez que compareció, de manera telemática, ante los medios de comunicación, utilizó uno de los canales del club antes del choque del Ramón Sánchez-Pizjuán para mostrar su convencimiento de que el equipo mejorará.

«Nosotros valoramos más el proceso que el resultado. Sabemos que este año va a ser un año difícil, que va a haber que caerse y levantarse mucho, que va a costar porque bueno, somos novatos en la categoría, pero con nuestros jugadores, nuestro modelo de juego, nuestra identidad y con jugadores de la casa, estoy convencido de que podemos sacarlo adelante y que va a ser un buen año. Nos está costando. Los puntos, poco a poco, irán llegando», garantizó el cántabro.

En la misma línea se había mostrado el propio entrenador en su comparecencia del viernes previa la partido. «Tenemos que empezar a sumar, pero preveo una Liga en la que vamos a estar luchando por salir de los puestos de descenso. Va a ser muy difícil por el potencial que tiene el resto de equipos», comentó el catalán. Era la primera vez que recordaba que el objetivo es la salvación, para lo que su equipo sólo debía ser mejor que otros tres.

Rebaja del optimismo

Quizá las palabras tanto de García Pimienta, primero, y de Helguera, después, no fueron más que una rebaja del cierto optimismo que se había generado entre una afición acostumbrada en el último año a ver a su equipo arriba con el regreso a Primera División, donde los contrincantes son mucho mejores y sumar los tres puntos cuesta mucho más.

En cualquier caso, la primera victoria urge y más contra un conjunto que la temporada pasada también ascendió –el Granada quedó líder y la UD segunda– y que, al igual que los amarillos, está en puestos de descenso. Su balance es mejor en puntos, aunque no en derrotas: ganó un partido, al Mallorca, y perdió los otros cuatro, frente al Atlético de Madrid, el Rayo Vallecano, la Real Sociedad y el Girona. Ha jugado, por tanto, contra tres equipos con los que ya se ha medido Las Palmas –Mallorca, Real y Girona–.

Como argumento para la esperanza de la UD están las sensaciones que ha dejado el equipo, que no muestran un grupo hundido ni sin margen de mejora, sino todo lo contrario, pues ha competido en todos los partidos que ha disputado hasta ahora. De alguna manera, no se ha derrumbado, si bien ha evidenciado flaquezas que le tienen donde está, sobre todo la falta de gol acuciante y la facilidad con la que los rivales le crean ocasiones de gol.

Los choques ante el cuadro nazarí, el Real Madrid y el Celta, decisivos para el aval de Pimienta

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El Granada, por su parte, es todo lo contrario a la UD: mientras el equipo amarillo sólo suma un gol a favor, el nazarí ha marcado ya nueve, y mientras los isleños sólo han recibido cuatro tantos, los andaluces han encajado 16, el que más de toda la categoría.

Así pues, por un lado está la enorme fragilidad defensiva de un equipo que mantiene el mismo portero –el examarillo Raúl Fernández– y la misma defensa que en Segunda, y por otro un gran potencial ofensivo representado por Uzuni, el pichichi de la categoría de plata el curso pasado, Weissman y Lucas Boyé, que suma ya dos goles en otros tantos partidos tras llegar al club en los últimos días del mercado. En resumen, un equipo, la UD, marca poco y encaja poco, y el otro, el Granada, marca mucho y recibe mucho.

Ambos conjuntos lucharán en el Gran Canaria no sólo por los tres puntos, sino por la tranquilidad. A Las Palmas le espera luego el Bernabéu y el Celta, otro de los equipos de abajo. En eses tres partidos quedará claro hacia dónde deberá poner el foco durante la temporada, si apuntando hacia arriba o hacia abajo.

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