Lo expuesto por parte de la UD Las Palmas en el Bernabéu da la sensación de haber sido la de tener la obligación en el calendario de visitar el feudo del Real Madrid y poco más. No hubo compromiso por parte de Pimienta con el partido, al introducir siete cambios en el once t itular respecto al partido del Granada, ni tampoco por los jugadores que tuvieron su oportunidad de jugar, muchas veces caminando sobre el césped.
No todos los días se juega en el Santiago Bernabéu. A Las Palmas se le debió olvidar que había pasado un lustro de su última visita al recinto del catorce veces campeón de la Champions League. Sea por decisión de García Pimienta de introducir siete cambios respecto al último partido disputado frente al Granada, o sea por la parsimonia e imprecisiones de muchos de estos, la UD Las Palmas dejó claro este miércoles que ninguneó el honor de poder competir en el feudo madridista.
Por momentos, sobre todo en el tramo final de la contienda, la imagen que se pudo ver de varios jugadores fue de ir caminando sobre el césped madrileño. Y eso que la grada del Bernabéu estaba teñida de camisetas amarillas.
Una vez se conoció el once titular que eligió Pimienta se intentó descifrar que a qué quería jugar su equipo. Con Mfulu y Javi Muñoz en el centro del campo se intuía que si Enzo y Kirian se quedaban en el banquillo era para intentar meter más físico en el campo. Vale, Javi le puso ganas, pero lo de Mfulu está fuera de lugar.
El segundo capitán es el paradigma de lo que fue ayer la UD contra el Real Madrid. No tiene las cualidades para ser ofensivo y en defensa, que es lo que se le presupone que están sus virtudes, fue algo impropio de un hombre que tenga el nivel actual para estar en Primera División.
Así, en tierra de nadie. Sin jugar a defenderse y estar todos juntos, porque como dice Pimienta, los perfiles de su vestuario no lo permite; ni tampoco continuar por su versión pelotera, la UD fue un sparring ayer en la Castellana.
Es que hasta el Getafe cuando visitó el Bernabéu, ese equipo que vive de tener un bloque bajo con el sello de Bordalás, ese conjunto que subsiste a través de su físico, fue capaz de ponerle en problemas al Real Madrid.
Pimienta aludió a la «ilusión» que hace jugar «un partido como este», un afán que no se notó en el césped
Inquietudes de las de verdad, porque aunque en la hoja de estadística se reflejen 16 disparos de los insulares, tan solos dos fueron en dirección a la línea que defiende Kepa Arrizabalaga. Un tiro de Kirian de lejos y otro de Cardona.
Pimienta transmitió en la previa que iban al Bernabéu a jugarle «de tú a tú» al Real Madrid, además de poner en liza lo que representa competir en e remodelado estadio madrileño «Esa ilusión y esas ganas de jugar un partido como este es lo que tiene que hacer crecer a esta plantilla», subrayó.
Bueno, pues debe ser que esa ilusión se quedó en la Isla. Porque si ayer el marcador encima se quedó en un simple 2-0 fue porque Valles tuvo una de las mejores actuaciones jamás vistas por un portero de la Unión Deportiva.
Fue al único que de verdad parecía hacerle esa «ilusión», porque a Joselu se la hizo perder por el gol con las cinco paradas que le hizo antes de que el delantero viera portería en la segunda parte.
Porque cabe tener en cuenta también que Ancelotti no puso tampoco a sus mejores jugadores, porque la película y el resultado podía haber sido peor.