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Goles son amores

De los 3.783 tantos que suma Las Palmas en 3.017 partidos oficiales, muchos continúan en la memoria por el sentido histórico, por su valor estético, victorioso o para los ascensos

Félix en pleno salto para rematar el balón que supuso el gol 1.000 en Primera de la UD.

Félix en pleno salto para rematar el balón que supuso el gol 1.000 en Primera de la UD. / La Provincia

David Rodríguez

David Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

Muchas son las alegrías que se pueden sentir alrededor del fútbol, pero casi sin ningún lugar a duda, el momento que mayor regocijo puede suscitar a todos los que hacen posible un partido de fúbtol, ya sean jugadores o actores secundarios fuera del terreno de juego, es el del momento del gol. Pocas pasiones entran en ebullición tan fácilmente como la que se origina cuando el balón traspasa la línea que delimita la portería con el campo de batalla. Y así le ha ocurrido a Las Palmas 3.783 veces a lo largo de sus 75 años –hasta la fecha– en los 3.017 partidos oficiales que ha disputado.

Niz al Barça en 1969.

A un minuto de la conclusión, Niz, que reaparecía en el once, recogió un rechace de Sadurní y «a la media vuelta con un tiro durísimo», como describe la crónica de Luis García en El Diario de Las Palmas, firmó el definitivo 1-2.

Tonono al Celta en 1973.

Fue el segundo de los dos goles que marcó el Omega en su carrera. Un trallazo desde fuera del área para el 1-0 en el 75’. Fue el día del debut de Carnevali en la portería.

Trona al Barça en 1974.

Amado Moreno escribió en el Diario de Las Palmas: Un auténtico golazo de Trona, ya que antes de impulsar el balón a la red, tuvo la habilidad para sortear a tres defensores azulgranas y a Sadurní. El Estadio Insular se estremeció con una prolongada ovación. 1-0 en el 87’.

Goles son amores

Kevin Prince Boateng en posición de escorzo después de haber rematado el balón directo a la portería de Asenjo y que le valió para ser nominado al Premio Puskas de 2017. / La Provincia

Félix y el gol 1.000.

Félix agarra un fuerte disparo, muy esquinado, tras un rechace de la defensa a otro disparo suyo, que se cuela sorprendiendo a Fenoy, del Valladolid y firmar el millar de goles en Primera en septiembre de 1982. El partido terminó 2-2.

Los cuatro al Real Madrid en 1986.

Narciso puso el 1-0 con una bella combinación con Koke Contreras, que le habilitó con un globo de espalda. El Madrid metió tres y llegó el momento Juani, revulsivo para que Koke metiera dos goles más junto a Santís para remontar el partido en apenas 5 minutos.

San Mamés y los aplausos.

Regresaba la UD a Primera en el 2000 tras 12 años en el desierto y en su vuelta a La Catedral, levantó al público bilbaíno con el definitivo 0-3 de Josico, que cabeceó un rondo en la banda entre Baiano, Pablo Lago, Jorge y Edu Alonso.

Guayre en el Camp Nou.

Esa misma temporada, la UD empezó bien su partido contra el Barça con un golazo de vaselina de Guayre a Reina en el minuto 7 después de regatear a Sergi y Cocu en el borde del área. Al final, 4-1.

Hola, soy Rubén Castro.

Dos golazos del Moña al Real Madrid en 2002 pusieron al de la Isleta en el escaparate nacional. El partido iba 2-2 y en el 75’ Rubén marcó el primero tras desmarcarse al área y rematar casi comiéndose el poste; mientras que el 4-2 llegó en el 92’ con una vaselina desde 25 metros que pasó por encima de Casillas.

Goles son amores

Araujo celebra el tanto al Zaragoza en 2015 para ascender. / La provincia

Nauzet Alemán en 2006.

De no ser por el empeinazo que metió el de Las Mesas en el 89’ ante la Real Sociedad B en 2006 para meterse en la final del ascenso a Segunda contra el Linares y que resolvió junto a Marcos Márquez, la situación actual del club quizás hubiera sido distinta.

Araujo estaba de Dios.

El 21 de junio de 2015, el Chino borró la tristeza de una Isla entera que había sufrido el Cordobazo un año antes. Su gol al Zaragoza en la vuelta del Playoff de ascenso, unido al de Roque Mesa, significó volver a Primera 13 años después.

Prince Boateng y el Puskas.

El 1-0 que firmó la UD en el Estadio de La Cerámica en 2016 fue una obra de arte. Viera hizo una cuchara para Tana, que mandó la pelota de espuela de forma acrobática al área rival y Prince Boateng remató en pleno vuelo.

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