Dos partidos en seis días y una obligación para la UD Las Palmas: ganar

Luis Carrión se juega su credibilidad ante el Villarreal, el lunes, y ante el Celta, el sábado

Nadie del club se ha pronunciado sobre el futuro del técnico, pero nueve duelos sin triunfo le condenarían

Luis Carrión, técnico de la UD, durante el choque con el Betis.

Luis Carrión, técnico de la UD, durante el choque con el Betis. / José Carlos Guerra

Las Palmas de Gran Canaria

Lo dijo el propio Luis Carrión al término del partido frente al Betis: «Escucho que llevamos demasiado tiempo sin ganar y hay que ganar ya». Asume el técnico que son 21 los partidos que la UD Las Palmas suma ya sin vencer, pero reivindica que en lo que a él atañe sólo son siete, los del presente curso, en el que él mismo reconoce que su equipo ha dejado sensaciones buenas y malas, pero que estas últimas han sido «horrorosamente malas», lo que mantiene al cuadro amarillo en la última plaza con la visita al Villarreal, cuarto clasificado y máximo goleador tras al Barcelona y el Real Madrid, en el horizonte más próximo (lunes, 20.00 horas). Luego vendrá el Celta (sábado, 17.30) y, a continuación, el segundo parón internacional. Son, por tanto, dos partidos con una obligación muy clara: sumar de tres.

Porque si la UD no consigue al menos un triunfo en los dos próximos compromisos el proyecto, ya bastante en entredicho a tenor de los resultados en el tramo inicial del campeonato, quedaría al borde de la muerte por mucho que quedase un mundo por delante, puesto que Carrión estaría más fuera que dentro. Lo sabe y lo acepta porque son las reglas del juego: por mucho que la planificación de la dirección deportiva comandada por Luis Helguera, ausente en la cita con el Betis, haya dejado mucho que desear y la plantilla no alcance, a priori, el nivel exigido, el primero en caer siempre es el entrenador.

El barcelonés aseguró sentir la confianza de la directiva antes del choque del jueves, y después, cuestionado por si sentía que había perdido crédito después de un nuevo partido sin ganar y con una imagen empeorada con respecto a la del partido anterior en Pamplona, comentó: «No lo sé, no tengo ni idea».

Palco del Gran Canaria durante el UD-Betis.

Palco del Gran Canaria durante el UD-Betis. / José Carlos Guerra

Ni Miguel Ángel Ramírez ni Luis Helguera se han pronunciado públicamente sobre si peligra la continuidad del técnico a cortísimo plazo, pero dos nuevos encuentros sin vencer prácticamente condenarían al catalán. Hacerlo en La Cerámica es a priori una misión muy difícil, por lo que el choque contra el Celta seis días después aparece en el calendario como el decisivo para confirmar o redefinir el banquillo de la UD.

Por su parte, Carrión ha optado por defender el plantel que tiene y garantiza que el equipo tiene «mucho margen de mejora», pero se le agota el tiempo para demostrarlo. Entre las sensaciones buenas está la faceta ofensiva, pues el cuadro amarillo crea ocasiones habitualmente y podría incluso llevar más goles a favor que los ocho que acumula, sin embargo, la parte defensiva le ha lastrado demasiado. «Encajamos muchos goles –13 en siete jornadas–», lamenta el técnico, que añade en el mismo sentido: «Cada error ha sido solo contra el portero y parece más grave de lo que es».

Miedo

Más allá de los fallos con los que conviven todos los equipos, aunque algunos de los de la UD han sido groseros, el conjunto amarillo dio la sensación el jueves pasado de estar atenazado por el miedo, por el pánico a ganar. De otra forma no puede entenderse cómo un equipo que en los primeros 20 minutos dominaba por completo, incluso con ventaja en el marcador, se aculara de tal manera que permitió al Betis, que dejaba jugar, meterse en el partido.

Para Carrión el problema de Las Palmas no tiene que ver con la filosofía de juego, aunque a veces da la sensación de que el equipo no sabe muy bien lo que quiere hacer. «El estilo lo tenemos clarísimo desde el primer día. Es un estilo sencillo: es tratar de tener el balón para atraer al rival, encontrar espacios y a partir de ahí correr, defender lo más alto que se pueda, tratar de orientar la presión donde mejor nos vaya...».

Carrión, junto a Álex Muñoz al termino del choque con el Betis.

Carrión, junto a Álex Muñoz al termino del choque con el Betis. / José Carlos Guerra

Pases fallados, sobre todo por parte de un Kirian irreconocible este curso, pérdidas de balón absurdas como la de Fabio Silva en la última acción de la primera parte que originó el gol del Betis, penaltis cometidos evitables como el de Mika Mármol por agarrón a Budimir en El Sadar o la falta de intensidad han condenado a los amarillos hasta ahora.

Por si fuera poco, casi ninguno de los jugadores de la UD, salvo alguna excepción como Essugo y Moleiro, tiene la flecha hacia arriba, sino todo lo contrario: están lejos de su mejor versión, como el propio Kirian, Javi Muñoz, Campaña y hasta Álex Suárez. En cuanto a los nuevos, salvo Cillessen, Essugo y McKenna, este último ahora lesionado, el resto apenas ha tenido una influencia relevante en el equipo. Quizá algunos incluso hayan tocado techo, como McBurnie, que juega bien de espaldas pero que no vino para eso, sino para marcar goles, cosa que todavía no ha hecho. Por algo ha dejado de ser titular, aunque apunta a serlo en Villarreal por la baja de Sandro por lesión.

El rival, cuarto

No parece el cuadro de Marcelino el más apropiado para buscar la reacción; por otro lado, la UD ha demostrado ya que es capaz de competir contra cualquiera como hizo en todos los partidos menos en la segunda parte de Mendizorroza y en la primera de la cita del Gran Canaria con el Athletic Club. A eso se agarran tanto Luis Carrión como los jugadores para tratar de asaltar un campo en el que hasta ahora sólo ha caído el Celta (4-3). Los otros dos visitantes, el Atlético de Madrid y el Barcelona, lograron empatar (2-2) y ganar (1-5), respectivamente.

Sin embargo, Las Palmas ha perdido en los tres encuentros que ha disputado fuera de casa, en Leganés (3-1), en Vitoria (2-0) y en Pamplona (2-1), por lo que los datos no invitan al optimismo, si bien en la última salida el equipo mostró una de sus mejores versiones hasta que un error fatal le condenó.

Duelos decisivos

Capaz de lo mejor y de lo peor, el crédito de Carrión se agota y los choques ante el Villarreal y el Celta serán determinantes en el futuro del técnico. Nadie de los mandamases se ha pronunciado al respecto, pero dos derrotas, o incluso un par de empates, podrían precipitar una destitución a la que, de momento, nadie se quiere referir.

Porque la UD esperó tanto a Carrión para su fichaje el verano pasado que sería una decepción profunda echarle después de tan sólo nueve jornadas. Los resultados de los rivales y la distancia a la que se encuentre el equipo de la salvación en el peor de los casos también marcarán el futuro del técnico, al que una victoria en estos dos choques le salvaría y le permitiría afianzar su método. Y dejar atrás la losa de tanto tiempo sin ganar. 

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