El recorrido de la UD en Copa

La Copa es un tormento para la UD Las Palmas: siete años en un laberinto

La UD fue eliminada por Elche, Tenerife, La Nucía, Navalcarnero, Badajoz y Majadahonda v Unas ‘semis’ en tres décadas y fuera de cuartos desde 2016

La desolación de Fábio Silva (d) tras encajar los amarillos el cuarto tanto  de Nico en el Martínez Valero. A la izquierda y de espaldas Jaime Mata.

La desolación de Fábio Silva (d) tras encajar los amarillos el cuarto tanto de Nico en el Martínez Valero. A la izquierda y de espaldas Jaime Mata. / LOF

Paco Cabrera

Paco Cabrera

Del Vicente Calderón al Martínez Valero. Treinta años y unas semifinales ante el FC Barcelona de Ronaldo Nazario (1997) como peaje reseñable en un peregrinaje diabólico en Copa del Rey. Al cuadro grancanario, finalista en 1978 –sucumbió ante el Barça de Cruyff, Neeskens y Rexach en el Bernabéu (3-1)–, se le atraganta la cita del KO. En sus 75 años de vida, los amarillos besaron otras dos semifinales en las temporadas 73-74 y 83-84 –para ser apeados en los penaltis por un cuadro azulgrana liderado por Maradona–. La última ración de bochorno ante el Elche (4-0) ya gozó de otro precedente humillante ante el Tenerife el 7 de enero de 2023 (2-0). Y es que en las dos últimas ediciones, el techo figura en los 1/16 de final ante sendos equipos de inferior categoría. Pero si nos ceñimos a las tres últimas décadas, se cayó en quince ocasiones en la primera o segunda ronda. ¿Existe un motivo?

Con el logo ‘la Copa mola’, este torneo es aprovechado por conjuntos de idéntico pedigrí que la UD para alcanzar la final en este siglo. Los amarillos ocupan la vigésima posición en el ranking histórico de Primera División y tienen su particular kryptonita en el torneo del KO. RCD Mallorca (18º en la tabla histórica de la máxima categoría) fue finalista en la pasada edición y cayó ante el Athletic. El cuadro bermellón, dirigido por Javier Aguirre, acabó la edición liguera 23-24 con los mismos puntos que los amarillos de Pimienta (40). Pero se doctoró en la Copa tras deshacerse de la Real Sociedad, Girona, CD Tenerife, verdugo de la UD, o el Burgos CF.

Otros finalistas, lejos de la jerarquía de los cinco grandes –Real Madrid, FC Barcelona, Atlético de Madrid, Athletic y Valencia–, como Deportivo Alavés (2017), Getafe CF (2007 y 2008), Real Zaragoza (2006), Osasuna (2005), Recreativo de Huelva (2003), Valladolid (1989), Sporting de Gijón (1981 y 1982) e incluso el Madrid Castilla (1980) alcanzaron la última ronda desde 1978. Lejos de caer ante rivales de enjundia, la UD se ha licenciado en catástrofes coperas de todos los colores en un serial para el horror. «No vendrá bien para competir», aleccionaba de forma acertada Martínez. En esa línea de la «cero resaca emocional», como diagnosticó el preparador gallego, los amarillos golearon al Villarreal (3-0) con un Kirian sublime y tomaron Vallecas (0-2), con un Moleiro estratosférico, tras el ridículo del Heliodoro.

En las temporadas del ascenso a Primera (la 14-15 con Herrera y la 22-23 con Pimienta), el papel fue discreto. Con los amarillos en Segunda y Araujo como estrella, se cayó ante un Celta de Vigo de Primera y dirigido por Berizzo con un global de 4-3 para los celestes. Hace dos temporadas, el batacazo fue con La Nucía de la Primera RFEF.

El penalti de Fabio González

El repaso de Eder Sarabia en el Martínez Valero (4-0), el hundimiento en el derbi de la deshonra (2-0) y el fallo de Fabio González en la tanda de penaltis en el Estadi Olimpic Camilo Cano ante La Nucía ilustran los tres primeros capítulos –ver cuadro en el margen superior del techo de la UD en Copa en los últimos treinta años–. En la edición de la 21-22, con José Mel Pérez en el banquillo, no se pasó de la segunda criba ante el Valladolid. El 6 de enero de 2021, tocó carbón en el Mariano González ante un Navalcarnero de Segunda B (1-0).

Y en 2020, fue el CD Badajoz, también de la categoría de bronce, el que se deshizo de los amarillos en la segunda ronda (2-1). La eliminación de la 18-19, con el costalero Manolo Jiménez en el banquillo, llegó en recinto de Siete Palmas ante el Rayo Majadahonda. Con los dos equipos en la categoría de plata, como anécdota, el aldeano Benito Ramírez participó en el modesto equipo madrileño, que tumbó a la factoría millonaria de Toni Otero, con un tope salarial de 19,2 millones y los 17 fichajes –de Timor al Moña Rubén Castro–.

Livaja, Bianchi y Ranieri

En la 17-18, dirigidos por Paco Jémez, los amarillos disputaron sus últimos octavos de final. A doble partido, quedaron apeados por un global de 5-1. Han pasado siete años sin alcanzar el cruce que congrega a los 16 mejores equipos.

Setién cayó ante el Atlético de Madrid, pero dejó la última victoria de la UD en duelo oficial en el derribado calderón (2017) con un 2-3 y dianas de Livaja (2) y Mateo García. Se quedaron a un tanto de la proeza, tras caer en la ida en el Gran Canaria 0-2. Y en 2016, unos honrosos cuartos de final para ser derribados por el Valencia. Con el estratega cántabro, dejaron por el camino a Eibar y Real Sociedad.

Recreativo (2009), Salamanca (2008), Hércules (2006), Atlético (2005, con tanto de Kezman y dirigido por Bianchi), Getafe (2004), Gimnástica de Torrelavega (2001), Atlético (2000, dirigido por Ranieri) o Leganés (1995) se vistieron de verdugos. Últimos treinta años: unas semis y unos cuartos. Expulsados de los octavos desde 2018, la Copa es una pesadilla para los isleños. Rotaciones, exceso de confianza, falta de motivación y el peso de la maldición. El naufragio del Martínez Valero es otra piedra en la mochila. «Ya le tenemos rabia», dijo Kirian de la cita del calvario.

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