Un escenario de postal y generador de recursos

NFL, Dom Perignon, Luis Miguel y un poco de fútbol

El nuevo Bernabéu, que hoy pisa la UD Las Palmas, es una máquina recaudatoria de mil millones al año con restaurantes temáticos, discotecas y música

Foto tipo ojo de pez del nuevo Santiago Bernabéu, en el que se aprecia la magnitud del recinto de Chamartín, con capacidad para 80.000 espectadores.

Foto tipo ojo de pez del nuevo Santiago Bernabéu, en el que se aprecia la magnitud del recinto de Chamartín, con capacidad para 80.000 espectadores. / LA PROVINCIA / DLP

Paco Cabrera

Paco Cabrera

El modelo Bernabéu que valdría para el Estadio de Gran Canaria –cuya obra finaliza en 2027 con un gasto de 100 millones por parte del Cabildo–. NFL, Luis Miguel, discotecas, palcos VIPS de 5.000 euros, yacuzzis y botellas de champán Dom Perignom de 400 euros. El Real Madrid quiere hacer negocio con un estadio que no es un estadio. Es un parque temático, el centro comercial de la lujuria. Conviene tomar nota de la explotación de esta caldera caldera vanguardista de los 1.948 millones y que fue reconocido en Sevilla como el mejor recinto deportivo del planeta. Seis restaurantes temáticos, cuatro discotecas sobre el plano y el guiño de la World Football Summit (WFS) por su «innovación única». Kirian Rodríguez, Alberto Moleiro, Sandro Ramírez y Álex Suárez correrán esta tarde sobre «la principal plataforma de la industria del fútbol mundial».

¿Qué tiene el nuevo Bernabéu? La UD se estrena en un centro comercial que cautivo por su campo retráctil de última generación con invernadero subterráneo, así como un videomarcador de 360 grados que envuelve la zona interior del estadio y la piel digital externa. De esta manera, se convierte en un hito urbano dinámico. «Es como si tuviese alma propia», llegó a valorar a Ancelotti, tras una de las famosos remontadas de los blancos.

Solo falta un Corte Inglés

Pero no es un estadio. Es una pasarela musical. Un billete a Nueva York y a California. Cada concierto de rango deja unos trece millones. Han desfilado Taylor Swift, Karol G. o Luis Miguel. Debido al conflicto con el consistorio madrileño por la problemática de los ruidos con los vecinos de La Castellana, el asunto musical está en manos de los juzgados. Pero es solo una arista del vertiginoso negocio de un estadio.

La combinación de tecnología de vanguardia, sostenibilidad y multifuncionalidad establece un nuevo estándar de lo que puede es un estadio moderno. Clona la idea de negocio de Wembley. Lo que menos importa es que entre el balón, la victoria reside en los dividendos. Un gol a la idea primitiva de abrir el recinto cada quince días.

La prensa mundial lo tilda de «bomba económica». El Madrid confía en recuperar toda la inversión y alcanzar más de mil millones de beneficios.

Unos 1.160 millones fue el primer montante para activar el proyecto y se solicitó a los bancos. Se abonará en 30 años y un interés fijo del 2,5%. El club de Florentino Pérez debe pagar uno cuota anual de 29,5 millones hasta 2049. Con los intereses, la cifra final supera los 1.600 millones. Comparado con los cien que pone el Cabildo en Siete Palmas parece una broma. Pero la inversión cabildicia es récord, en comparativa con el Reale Arena o San Mamés. Lo del Bernabéu forma parte de otra galaxia en el muno de la gestión. Con el acuerdo con Sixth Street y Legends por 360 millones, se hacen cargo de parte de la explotación durante 20 años.

Y llega el ‘pío pío’

Los Miami Dolphins de la NFL jugará en el Bernabéu en septiembre. Es otro paso. La franquicia de Miami aguarda rival. En este centro comercial con césped, la UD Las Palmas quiere firmar la primera victoria de su historia tras 40 visitas. Ahora es otro Bernabéu, que poco tiene que ver con el recinto de Chamartín de septiembre de 2023. En la visita con Pimienta, el estadio estaba en la recta final de su restauración. Y hoy, con lleno y 80.000 butacas, la reventa hace su negocio mientras el mundo mira pendiente a un pulso con superávit. En el Wall Street del balón, Florentino Pérez presume de guarida multifuncional. Por su parte, la UD trata de construir su nueva fortaleza. También habrá tiendas, restaurantes y discotecas. Explotación y negocio. Lo del techo retráctil no figura en los nueve proyectos finalistas de los despachos de arquitectos. Todos los estadios quieren ser como el Bernabéu.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents