Mallorca-UD Las Palmas (previa): Una tarde para Moleiro y McBurnie: la doble 'M' como vitamina mágica contra la maldición de 2025

A cien días para el final de Liga -25 de mayo-, llega la hora de la verdad. Y del marcapasos. Llamen a los bomberos y a un cura. Quince finales y la obligación de ver la luz en el maldito 2025 en Son Moix ante un RCD Mallorca contagiado con la gripe de la apatía (desde las 17.30 horas, Movistar LaLiga). Los dos únicos equipos que no han ganado en año natural, van 56 amaneceres, afrontan su particular ‘solo puede quedar uno’.

El cinturón de la deshonra. Sin Marvin Park, baja de última hora por unas molestias físicas, el cuadro de Diego Martínez quiere profanar el templo del fuego y la música tecno. No le queda otra, tras el empate de Leganés y Alavés, así como el despegue del Concorde Getafe de Bordalás. Las rentas del seis de nueve se han evaporado. No queda nada. La nevera está vacía en plena psicosis con el VAR y una categoría enfrentada con los colegiados. 

Con el Barça de Yamal, Pedri y los mil millones a la vuelta de la esquina, puntuar en Palma de Mallorca parece factible. Tócala de nuevo Martínez, como hiciste en la gala de los Grammys de Mestalla, Vallecas y Olímpico de Montjuïc. Sumar para escapar del abismo y el campo de concentración de la angustia. Valencia, Alavés y Leganés ya pisan los talones de una UD que el 28 de febrero encara su primera final de la liga del drama ante el Real Valladolid en Pucela. Los duelos directos serán el pasaporte para escapar de la casa del terror. 

Fábio Silva, Januzaj, Marc Cardona y el citado Marvin Park se pierden la contienda de los dos escudos en penumbra en 2025 por lesión. Por sanción, otra lista importante de arte y magia: Sandro Ramírez y Dário Essugo. Llega la tarde Alberto Moleiro y Oli McBurnie. El ‘10’ de la UD de los 20 millones no ve puerta desde octubre y el Braveheart de pólvora no se ha estrenado. Cuando faltan las catorce toneladas de pólvora de Sandrator y Robin Hood Silva, se acabaron la excusas. Es un ahora o nunca. Hay que huir del coloso en llamas del descenso. Con un Valladolid desahuciado, faltan dos plazas para el infierno con seis implicados.

La UD es el segundo más goleado de la competición (38 puñaladas) y solo desde la firmeza defensiva se puede besar el Óscar. Viti pide paso y Stefan ya es ‘uno de los nuestros’. Así bendice el vestuario a los nuevos inquilinos. Una comunidad que añora la batuta de Kirian Rodríguez. En esa faceta de liderazgo, le toca a Suárez dar un paso al frente. Le toca bailar con Muriqi y Cyle Larin. El Mallorca de Arrasate late hipotecado al arte impresionista de Darder y a la velocidad extrema de los laterales Mojica y Maffeo. La doble ‘M’. Palma, una plaza para renacer a lo grande y besar los 26 puntos. Demostrar al Mediterráneo que hay vida sin Fábio ni Sandro (los dos pichichis de los catorce misiles). Moleiro, levántate y anda. Balones a Oli McBurnie y su caballo por la independencia de Escocia. Acabar con el 2025 de mierda, como diría Flick. Ganar contra la parálisis.