La radiografía de cómo intentó reaccionar la UD Las Palmas en Mallorca: Benito por Loiodice

En 28 minutos de auténtico desconcierto el Mallorca le propinó tres arañazos en el rostro de una UD incrédula. Ahí, Martínez intentó reaccionar con un cambio que deja claro que tiene lo que tiene disponible.

El míster intenta justificar la derrota por la plaga de bajas en Son Moix, pero se contradice con lo que transmitía de la entrega de los suplentes cuando ganó seis partidos de nueve disputados

Enzo Loiodice protege el balón de espaldas ante la presión de Sergi Darder mientras Álex Suárez le observa de cara.

Enzo Loiodice protege el balón de espaldas ante la presión de Sergi Darder mientras Álex Suárez le observa de cara. / LOF

David Rodríguez

David Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

Cinco minutos después de que Las Palmas recibiera el tercer tortazo de la tarde por parte del Mallorca, la solución que intentó emplear Diego Martínez para reaccionar, no caer en el ridículo, o dejar una imagen digna, fue llamar a Benito para que sustituyera a un Loiodice que no sabía por dónde le estaban viniendo los problemas. No se trata de demonizar a estos dos jugadores por el partido en Son Moix, sino tan solo reflejar lo que tiene entre manos el técnico gallego a estas alturas del campeonato. Jugadores con los que no contaba si no diez minutos cuando estaban los titulares sanos y que ahora han tenido que dar la cara frente a un rival que, a pesar de no haber ganado en el 2025 hasta ayer, con el triunfo está ya séptimo a un punto de la zona europea. No se olviden.

Martínez intentó dar una respuesta en la rueda de prensa posterior a la derrota apuntando a las bajas de Dario Essugo, Fabio Silva, Sandro Ramírez, Marc Cardona, Marvin Park, Adnan Januzaj y la de Kirian Rodríguez para toda la temporada. Ausencias más que importantes, por supuesto, pero que choca con otra de las impresiones que hacía el técnico cuando la bonanza imperaba en el club con la racha de seis victorias de nueve partidos jugados.

Cambio de discurso

Ahí, Martínez sacaba pecho de los jugadores diciendo que se enorgullecía de la actitud que tenían hombres que no podían gozar de mayor protagonismo «porque juegan once». Jaime Mata solía ser uno de los ejemplos de compromiso por su trabajo el tiempo que estuviese en el terreno de juego.

Ahora, a esos mismos jugadores parece que la entrega y coraje de las que hacía alarde el míster se debe haber desvanecido visto lo visto durante el mes de enero y en especial ayer enMallorca. Un auténtico sofoco vivido en 28 minutos, lo que pasó entre el primer gol de Muriqi y el tercero de Dani Rodríguez. Impasibilidad, incredulidad, desconcierto, cualquier descripción de aturdimiento le valía a la UDpara entender que no sabía qué hacer contra su rival.

¿Culpables?

Y a lo mejor toda la culpa no es solo del entrenador, que hace lo que puede con los jugadores que tiene sanos. A lo mejor toda la culpa no es solo del director deportivo, que ficha lo que puede fichar teniendo el límite salarial rozando la línea roja. A lo mejor, es que este club está para lo que está.

En Son Moix volvió a verse que cada vez que llega un centro lateral, da igual que esté quien esté como centrales, que como haya un delantero rematador como Muriqi es prácticamente sinónimo de gol encajado. Y si encima Cillessen ayuda con sus fallos, pues más fácil se lo pusieron ayer al equipo de Jagoba Arrasate.

No le queda otra a la Unión Deportiva que intentar recuperar la versión aburrida con la que salió del pozo. Esa zona que ya le mira cara a cara al empatar a puntos con el Valencia. 

Que regrese el rigor defensivo, que intenten volver a dejar la portería a cero, que trate de sumar en jugadas aisladas, a balón parado mismo vale. ¡Que vuelva la flor!

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