¿Cuánto hace que la UD Las Palmas no gana al Betis en el Villamarín?
La UD Las Palmas llega con el agua al cuello este domingo a un estadio, el del Real Betis, en el que no ha conquistado la victoria desde hace 47 años

Munir se lamenta tras fallar una clarísima ocasión en el duelo de la pasada temporada, que acabó 1-0. / LOF
M. Ojeda
Fuera de los puestos de descenso gracias al average favorable con el Valencia –los valencianistas ocupan la última de las plazas que condenan a bajar a Segunda– y presa de una racha estrepitosa de resultados –dos puntos de 24 posibles y ocho duelos sin conocer la victoria–, la UD Las Palmas se encuentra, quizás, con el escenario menos ideal para cambiar la tendencia negativa que arrastra.
El Benito Villamarín, el domingo (17.30 horas), es un feudo en el que los resultados históricamente no sonríen a los amarillos. Un dato que lo refrenda, la fecha de su último triunfo en el fortín del Real Betis: 5 de marzo de 1978. O lo que es lo mismo, 47 años han transcurrido desde que un doblete de Carlos Manuel Morete, El Puma, derrotara a los verdiblancos ante sus incondicionales en la máxima categoría (1-2).
Es más, de los 31 encuentros oficiales que ambos conjuntos han celebrado en Sevilla, entre Primera División (23 choques), Segunda (cinco) y Copa del Rey (tres), solo hay que registrar otra victoria visitante además de la reseñada anteriormente; ocurría en los inicios de la 1972-73, con goles de Germán Dévora y Soto para el 0-2. De resto, cinco empates y 24 derrotas.
18 goles anotados
Este negro retrato numérico de las visitas del conjunto grancanario al Estadio Benito Villamarín se ve agrandado por las cifras de goles anotados y encajados. Un total de 57 han recibido los insulares en el recinto de la Avenida de Heliópolis, mientras que han sido capaces de anotar solo 18.
Las Palmas, el pasado curso, regresaba al feudo del Real Betis después de cinco temporadas en Segunda. En aquella ocasión, los amarillos se presentaban en la capital hispalense en una dinámica muy diferente a la actual y en una situación muchísimo más desahogada clasificatoriamente.
La escuadra grancanaria, con García Pimienta en el banquillo, presumía de ser uno de los equipos revelación del campeonato liguero en el año de su retorno entre los grandes. Corría todavía la primera vuelta del torneo. En aquella ocasión, la UD sucumbió por la mínima (1-0) merced a un gol del brasileño Willian José al cuarto de hora de juego. La falta de acierto ante la meta rival le privó de sumar a los visitantes. El meta verdiblanco Fran Vieites se erigía en el mejor de su equipo en aquel encuentro, en el que Munir, solo y sin oposición, erraba una oportunidad clarísima para establecer el empate.
El balance de Las Palmas en sus visitas al feudo verdiblanco se completa con cinco empates y 24 derrotas
Eran buenos tiempos para los amarillos. Pero todo se transformó en la segunda vuelta. Salvaron el pellejo gracias al colchón de puntos acumulados en la primera, en la que incluso hubo momentos en los que coquetearon con los puestos que daban opción a disputar competiciones europeas. Finalmente, certificaba su permanencia en la penúltima jornada liguera al empatar a cero en el campo del Cádiz, que a su vez consumaba su descenso a Segunda. En el último partido del pasado curso, con un empate en casa contra el Alavés, la salvación se celebraba como si de un ascenso se tratase. Aesa peliaguda situación llegaban los de García Pimienta después de una racha de 14 encuentros sin ganar. Una trayectoria descendente que tuvo su prolongación con el arranque del presente curso.
Catarsis
Ni la llegada de Luis Carrión al banquillo amarillo variaba la tendencia a la baja de los amarillos, que estiraron ese guarismo fatal hasta las 23 fechas sin obtener un triunfo. Después de nueve encuentros sin sumar de tres y con solo tres empates como saldo, la UD figuraba como farolillo rojo de la Liga EASports, lo que provocaba la salida del técnico barcelonés.Salía con el deshonor de firmar el peor comienzo de temporada del conjunto isleño en toda su historia en la máxima categoría.
Entonces llegó Diego Martínez y con él, la catarsis. Tras conquistar la primera victoria de la vigente campaña en Mestalla ante el Valencia, luego llegó la segunda en casa frente al Girona. El equipo parecía liberado y lograba dejar atrás los puestos de descenso.
Pero con el nuevo año, los fantasmas vuelven a rondar en torno a la UD Las Palmas. Ocho jornadas ligueras sin conocer la victoria llevan los amarillos –más la derrota copera contra el Elche–. Solo dos puntos de los últimos 24 posibles y al borde de la zona roja de la clasificación. Urgencia por ganar en un feudo, el del Betis, que les ha sido gafe a lo largo de toda su historia.
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