Una final en toda regla

El Alavés, rival recurrente para el festejo de la UD

A Las Palmas, con la soga al cuello, solo le vale ganar mañana a un equipo ante el que logró su último ascenso a Primera y celebró la salvación el curso pasado

Viera festeja el ascenso en mayo de 2023 / Manteo a Pimienta en la celebración de la permanencia, en mayo de 2024

Viera festeja el ascenso en mayo de 2023 / Manteo a Pimienta en la celebración de la permanencia, en mayo de 2024 / José Carlos Guerra

Manolo Ojeda

Manolo Ojeda

Las Palmas de Gran Canaria

Agarrarse como un clavo ardiendo a cualquier circunstancia que evada a la UD Las Palmas de su negro transitar a estas alturas de temporada en LaLiga EA Sports. Ya que los datos numéricos, se miren por donde se miren, no suponen alivio alguno después de nueve encuentros sin ganar y la penúltima posición en la tabla, un dato para la esperanza de cara al juicio sumarísimo al que se enfrenta la escuadra amarilla mañana en el Estadio de Gran Canaria (20.00 horas, Televisión Canaria) ante un rival, el Deportivo Alavés, con casi las mismas urgencias –antepenúltimo con dos puntos más que los isleños–.

Recordar los dos últimos episodios entre ambas escuadras en el recinto de Siete Palmas, sirven, al menos, para insuflar algo de esperanza a los fieles de la UD. Dos de los últimos hechos deportivos gloriosos de su equipo se produjeron contra este mismo oponente: el último ascenso a Primera División, en la temporada 2022-23, y la celebración de la permanencia en la máxima categoría del balompié español, el curso pasado.

Eso sí, el resultado registrado en ambos enfrentamientos, un empate (0-0 y 1-1, respectivamente), esta vez no serviría a Las Palmas para calmar el ambiente hostil que le rodea desde que viera la luz el presente año, un 2025 en el que se ha visto envuelta en una espiral de negatividad que parece no tener fin.

El empate registrado en aquellos duelos se antoja insuficiente para que produzca un relevo en el banquillo

Tanto que no ganar mañana al Deportivo Alavés complicaría muy mucho la continuidad del técnico Diego Martínez en el banquillo amarillo. El gallego tiene ante sí un match ball en toda regla después de la derrota del pasado domingo en el Benito Villamarín.

Y además, de perder, sería el momento adecuado para acometer el segundo cambio de técnico de la presente campaña en la UD. Como ocurriera a principios de octubre con Luis Carrión, quien perdió su crédito después de perder en el Estadio de Gran Canaria ante un Celta de Vigo que acabó con nueve jugadores sobre el verde.

El entrenador catalán hacía las maletas con un balance de tres empates y seis derrotas –tres puntos sumados de 27 posibles–. Entonces empezaba la era Diego Martínez y la escuadra amarilla experimentaba un cambio radical que le llevaba a salir de los puestos de descenso. Pero, de pronto, la descomposición absoluta y mismas cifras de destitución: dos puntos de 27 posibles.

Además, como entonces, la situación se daría a las puertas de un parón de selecciones, como ocurriera con Carrión en octubre. Así las cosas, de producirse la llegada de un nuevo inquilino al banquillo isleño tendría hasta el 31 de marzo, fecha en que la UD visita al Celta, para llevar a cabo el proceso de adaptación pertinente.

Retrotrayéndonos en el tiempo, en cuanto a los dos últimos duelos contra el Deportivo Alavés en el Estadio de Gran Canaria, el celebrado el 27 de mayo de 2023 aún permanece en la retina de los aficionados de Las Palmas. Corría la última jornada del campeonato regular de Segunda División y los dos conjuntos se enfrentaban en un duelo fratricida por el ascenso a Primera sin tener que vivir el estrés posterior del playoff.

Como ocurría con Carrión, el parón de selecciones daría un respiro si se opta por un cambio de técnico

A los locales les valía con un punto y a los vitorianos, solo el triunfo. Al final, un 0-0 que desató la felicidad en toda Canarias. De la mano de García Pimienta, la UD regresaba a la élite cinco años después. Los vascos también celebrarían posteriormente ese logro por la vía del playoff, después de una final épica contra el Levante.

Con los dos conjuntos en la máxima categoría, la pasada temporada volvieron a bajar el telón de la competición liguera en el coliseo de Siete Palmas. Esta vez, ninguna presión en el cara a cara, pues ambos llegaban con la permanencia en el bolsillo. Sufrida para los locales, pues hasta la jornada anterior no habían conseguir sellar la salvación con un punto en el campo del Cádiz.

Grancanarios y gazteitarras igualaron en esta ocasión a un gol, pero la fiesta entre los amarillos alcanzó la misma intensidad que la que se vivió un año antes con el ascenso. Los de García Pimienta, que asombraron en la primera vuelta del campeonato llegando incluso a coquetear con los puestos europeos, en la segunda vuelta entraron en una espiral negativa de resultados. Lo que se atisbaba como una permanencia plácida pasó a ser una agonía. Aquel punto en Cádiz, en la penúltima fecha, alivió el corazón de la hinchada y el duelo ante el Alavés se convirtió en un momento de deleite.

Tracking Pixel Contents