A Sandro Ramírez le llueven las críticas a pesar de que es el pichichi de la UD Las Palmas

La discusión en Valladolid con un aficionado amarillo y no haber festejado el gol de Moleiro para el empate contra el Alavés, a examen por la grada

Este es el motivo por el qué se le criticó a Sandro Ramírez en el empate de la UD Las Palmas

La Provincia

David Rodríguez

David Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

«Todo niño que nace en esta Isla y crece sintiendo los colores de la Unión Deportiva siempre tiene el sueño de jugar en el primer equipo, de jugar en el Gran Canaria, de disfrutar de su afición, de vestir de amarillo, y yo hoy realizo un sueño. Me dejaré el alma por defender al club de mi vida». Esas fueron las palabras que pronunció Sandro Ramírez el 23 de agosto de 2022 cuando pudo firmar con Las Palmas después de tensar la cuerda durante todo el verano con el Huesca para que le dejara salir.

Tanta cariño tiene Sandro por la UD que firmó una cesión por una temporada y una cláusula de compra al año siguiente si el equipo conseguía el billete a Primera División. «Sé que no voy a volver a mi anterior club», dijo ese mismo día. Ocho meses después estaba celebrando el ascenso en la Plaza de España gracias en parte a que firmó cuatro goles entre la jornada 39 y 41.

Ahora, dos temporadas después, con el delantero viviendo una segunda juventud, volviendo a sentirse un jugador importante, un líder, se está virtiendo cierta polémica alrededor del pichichi de Las Palmas.

Los momentos calientes

¿Por qué? Primero porque a la conclusión del empate en Zorrilla hace dos semanas atrás, el delantero tuvo unas acaloradas palabras con un aficionado insular que se había trasladado a Valladolid. Sus motivos tenía Ramírez al entender que las críticas gratuitas y las dudas sobre la entrega al escudo que tanto promete.

En el 2-2 de Moleiro el rostro del delantero no fue acorde al júbilo de todo el banquillo

Pero ya el pasado fin de semana se difundió una imagen que para los más agoreros les sirve de alimento para lanzar sus críticas sobre Sandro. En ese momento Alberto Moleiro había anotado el 2-2 después de su voleón desde la frontal del área. El júbilo en el banquillo amarillo era total, pero el rostro de Ramírez era el de un hombre impasible. No reaccionó.

¿Qué podía estar pasando por su cabeza? Solo lo sabe él. Lo que no hay lugar a duda es que el delantero se lo deja todo en el terreno de juego. Quizás estaba frustrado por haber perdido el balón que permitió el 0-2 de Guridi, o quizás estaba pensando por qué ya no le entran las faltas directas como lo hacía en la primera vuelta liguera.

Lo que tampoco tiene cabida a la duda es que Sandro es uno de los jugadores más importantes del vestuario. Pues así lo acreditan sus números. Para no olvidar: lleva ocho goles y es el pichichi.

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