Escándalo, cantera y otro apagón ofensivo en el adiós a Primera de la UD Las Palmas

El Espanyol mantiene la categoría al vencer por 2-0 al conjunto insular gracias a un penalti inventado que transformó Puado y cerró el triunfo con el tanto de Pere Milla

Arturo y Josito debutaron en la máxima categoría

David Rodríguez

David Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

Una Unión Deportiva indolente dijo adiós a Primera División inmersa en un suceso de desgracias que ya ni suponen un problema. Cayó al abismo con otra derrota, la decimotercera en una segunda vuelta paupérrima y el cuarto partido sin ver portería. Encima, por si no fuera poco, el 2-0 en Cornellá se gestó con un penalti inexistente, de esos que hacen dudar si el VAR tiene algún sentido justiciero en días en los que hay tanto en juego. Eso sí, al menos en la despedida de la categoría, Arturo y Josito hicieron su debut.

Al final todo se reducía a Fabio Silva. Sin el portugués en el campo Las Palmas ha sido incapaz de hacer algo y si no pudo o no quiso forzar en los últimos duelos ligueros, pues al final el destino ha sido el de una entrada al infierno a Segunda junto a un Leganés que hizo su trabajo con un triunfo por 3-0 en la primera parte y que deben estar trinando por la actuación arbitral de Soto Grado al permitir el 1-0 periquito con una pena máxima señalada por un choque de piernas entre Veliz y Essugo, que sí demostró implicación hasta el último segundo en el club y mostró sus quejas a los colegiados incluso desde el banquillo. Chapeau por él.

Porque hasta el minuto 65, por raro que parezca, los amarillos hicieron un papel digno. Compitieron casi como no lo habían hecho en los dos últimos meses. Algo que hasta podía dar rabia porque llegaba tarde, pero que finalmente con el último gol de Pere Milla disipó cualquier lectura positiva momentánea.

Inicio prometedor

Quien tenía que apretar por hacerse con el partido era el Espanyol, no cabía ninguna duda que tenía que imponerse a una UD que poco tenía que jugarse más allá de la dignidad. Esa falta de presión, por curioso que parezca jugó a favor de los amarillos que fueron los que mayor peligro llevaron sobre la portería rival en la primera media hora de encuentro, cuando saltó la primera liebre en contra de los periquitos.

El 1-0 de Javi Hernández en Butarque dio rienda suelta al run rún de la grada del RCDE Stadium, que veía como Las Palmas estaba jugando a merced de los suyos y el tanto pepinero les metía en Segunda División.

Como toda la temporada, Joan García era quien les estaba manteniendo con vida. Loiodice y Manu Fuster pusieron a prueba al guardameta desde lejos en el primer cuarto de hora y Herzog remató de cabeza una falta lateral de un Benito que se estaba sintiendo con libertad por el carril zurdo.

Esta retahíla de nombres podía traducir la alineación que Martínez empleó de inicio en Cornellá, con Jaime Mata en la punta de ataque acompañado por el canterano Sergio Viera por detrás. La zaga, un poco más llena de titulares con Marvin, McKenna, Mika Mármol y Essugo en el centro del campo. Digno de mención al no desertar como los ocho jugadores que no aparecieron por Barcelona en la última cita liguera.

Este tropel, que apenas tuvo minutos de calidad durante la temporada, quiso dejar su sello en el adiós a Primera División. Jugadas para la galería incluidas en los tres cuartos, con un Loiodice volviendo a regir el choque a su antojo. Quizás porque en la grada estaba mirándole un García Pimienta que fue quien mejor jugo le sacó en la temporada del ascenso a Primera.

Intentado superar el control de la UD, que gozaba hasta de un 60% de posesión, algo que prácticamente ha sido imposible en la etapa de Diego Martínez, el Espanyol apenas conseguía llegar al área de Horkas. Tres remates con balas de fogueo fue la aportación catalana en la primera parte, ninguna contra la portería del croata.

Entre medias el Leganés conseguía poner más presión a la afición periquita con el tanto de Diomandé. El segundo del Leganés ya encendía a la grada blanquiazul, que demandaba mayor velocidad a sus jugadores, embuidos por el nerviosismo y reflejados en el cabreo de Manolo González desde su habitat de estratega.

Las Palmas se sentía cómoda también cuando entregaba la pelota porque los pases rivales eran horizontales y en el rectángulo propio. Pocas conclusiones se pueden sacar de un partido en el que los insulares no se jugaban nada, pero sí que saltaba a la atención lo bien que estaba compitiendo frente a un Espanyol que se iba al pozo y que precisamente podía haber sido su rival directo por la permanencia si hubiesen sacado al menos cuatro puntos de los 15 últimos.

Segunda parte

Reanudada la segunda parte, los locales tampoco es que consiguieran reaccionar. Manolo intentó revolucionar su maquinaria con un doble cambio. Alejo Veliz y Pere Milla, el delantero de los milagros, aunque con el Girona. Por la UD, Martínez sustituyó a un Benito que no supera sus probelmas físicos para darle los últimos 45 minutos a Januzaj con la elástica amarilla.

Tuvo una doble oportunidad Jaime Mata en los primeros cinco minutos de la segunda parte, pero está tan acabado que hizo lo que viene haciendo durante toda la temporada. Tirar al muñeco. Toda la pólvora que tuvo algún día se quedó en la Península. Ni la redención el último día se dignó a llevar a cabo.

Entre tanto perdón y sin que los blanquiazules se lo merecieran, llegó la escena indigna del fútbol. Un ligero contacto en el área entre Essugo y la exageración Veliz yéndose al suelo y que César Soto Grado perpetrase el último atraco que le faltaba a Las Palmas en Primera.

Ni quiso mirar la acción en el VAR. Señaló los once metros y de ahí no hubo quien le moviese. Un penalti totalmente inexistente. Un insulto al Leganés, al fútbol y a cualquier intento de justificación de que el videoarbitraje llegó para repartir justicia. Un auténtico escándalo que menos mal que a la UD no le afecta de ninguna manera porque sería para llevar el caso al Tribunal de La Haya.

A partir de ese momento, con el cronómetro marcando el minuto 65, todo el sentido competitivo de Las Palmas desapareció. Se volvió a convertir en un equipo plano, falto de ideas, pero que ya ni duele después de tener que navegar durante 20 partidos de auténtico dolor.

No tenía mucho sentido ya que el partido continuase porque tampoco es que los jugadores insulares tuvieran capacidad ni ganas de empatar el encuentro. El resto de la película solo sirvió para que Diego Martín tuviera más minutos en Primera; y Arturo y Josito hicieran su debut en la categoría.

Tanta falta de rigor competitivo hubo que hasta le dio tiempo al Espanyol a quitarse la losa del descenso de la espalda con el tanto de Pere Milla en una acción de ataque rocambolesca en la que el delantero se vio solo delante de Horkas al cerrar la línea Manu Fuster... todo fuera de lugar como en los últimos cinco meses.

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