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Radiografía de un vestuario

32 profesionales, cinco pibes y al descenso

Las Palmas supera el número de jugadores usados respecto a la temporada que se bajó con Paco Jémez y tres técnicos más

David Rodríguez

David Rodríguez

Las Palmas de Gran Canaria

Si la vez anterior que la Unión Deportiva descendió a Segunda División se recuerda como el resultado de una gestión infausta con ocho altas y once despidos en el mercado de invierno, además de un total de 21 altas y 23 bajas en total durante el curso, la gestión de la actual tampoco es que haya escapado a las comparaciones negativas, pues Diego Martínez no ha podido mantener la categoría con un total de 32 profesionales y cinco canteranos, un total de 37 hombres: récord en Primera División para el club.

A lo largo del campeonato han aparecido luces y sombras en los efectivos más destacados. No ha existido una continuidad en los baluartes del vestuario, siendo Fabio Silva el hombre de mayor impacto en el plantel y dejando claro al final del torneo que Las Palmas tenía una excesiva dependencia del portugués.

Los diez goles que firmó el delantero cedido por el Wolverhampton no solo supusieron 13 puntos de los 32 con los que concluyó el equipo amarillo en la jornada 38 en Cornellá.

Tanta dependencia supuso Fabio para el equipo que sin él en el terreno de juego no consiguió ganar ningún partido. Solo un empate, frente a la Real Sociedad en Anoeta, cuando le sustituyó Jaime Mata.

Precisamente el delantero madrileño está en las antípodas del rendimiento que ofreció Silva con el escudo del que ayer se despidió con palabras de amor. «Aquí volví a ser feliz. Volví a creer en mí. Volví a sonreír jugando al fútbol. Y eso hace que esta despedida sea aún más difícil», indicó el luso en su cuenta de Instagram.

Regresando al análisis concreto de Mata, se puede entender la otra cara de la moneda. La del desacierto de la dirección deportiva. Si hay que quitarse el sombrero con Luis Helguera al encontrar a un Essugo que movió 20 millones rumbo al Chelsea –que irán a las arcas del Sporting de Portugal– y a Fabio; con otros jugadores no estuvo tan fino en su contratación y el ex del Getafe es el fiel reflejo.

Ningún gol metió Mata en los 30 partidos que disputó con la camiseta amarilla. Y eso que no fue porque no dispusiera de oportunidades más que claras. 13 disparos realizó el ariete, teniendo oportunidades idóneas precisamente en San Sebastián, en el día del despido de Carrión frente al Celta, una doble el último día contra el Espanyol... en definitiva, solo hizo algo contra el Ontiñena de Regional en la Copa del Rey.

En el aspecto positivo de las contrataciones, Helguera estuvo hábil en hacerse con Cillessen, aunque previo pago de casi un millón de euros por solo una temporada; McKenna salió mejor que un McBurnie peleón pero negado con el gol; y si a Januzaj le hubieran dado más minutos quizás podría haber dejado más rédito en la UD.

Sin embargo, el papel de Manu Fuster dejó que desear después de haber pagado 2 millones de euros por él y llegando con la mochila de haber sido uno de los mejores jugadores en Segunda la pasada campaña; lo de Iván Gil no tiene nombre al marcharse sin debutar en Liga; y otros como Álex Muñoz y el contratado en invierno Pelmard dejaron a la vista las costuras de unos jugadores que no pudieron ofrecer consistencia defensiva, el gran debe de la UD esta campaña.

Con 61 goles encajados, la flaqueza de los laterales en toda la temporada, el cambio de filosofía de Carrión a un Martínez que no se supo muy bien a qué jugó en los 28 partidos que dirigió al equipo; el encorsetamiento de Kirian en una jaula táctica y cómo quedó claro la falta que hacía cuando cayó enfermo –sigue siendo el jugador que más pases ha dado del equipo–; la falta de fondo de armario fiable; todo mezclado terminó en el séptimo descenso a Segunda División. n

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