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UD LAS PALMAS

La UD Las Palmas restaura su mantra y ya domina desde la posesión

El cuadro amarillo mejora su trabajo con balón respecto al inicio de curso y recupera una de las señas de identidad que mejor definen su libro de estilo con Luis García, el técnico amarillo, como principal responsable

Iván Gil encara y supera a dos defensores de la Real B durante el último partido en el Estadio de Gran Canaria.

Iván Gil encara y supera a dos defensores de la Real B durante el último partido en el Estadio de Gran Canaria. / José Carlos Guerra

Cristian Gil Fuentes

Cristian Gil Fuentes

Las Palmas de Gran Canaria

Regreso a los orígenes para volver a brillar. El descenso de la UD Las Palmas el curso pasado se puede analizar de diferentes formas y a través de distintos factores. Sin embargo, una de las cuestiones que, quizás, ahondan en el drama de perder la categoría fue el hecho de haber dejado de lado una idea de juego tan característica en el club. Si hay que morir, que sea con tus convicciones, aunque en el caso de los amarillos no sucedió así. Pese a ello, la llegada de Luis García ha supuesto un soplo de aire fresco en el sentido de aferrarse de nuevo al mantra futbolístico tan exitoso con el que los amarillos pudieron viajar a la élite: desplegar un fútbol asociativo y de posesión.

La realidad es que los insulares han vuelto a convertirse en una escuadra que no renuncia al balón y que crece a través de él. Eso se ha podido comprobar en los últimos encuentros, ya que el conjunto grancanario ha sido capaz de dar un paso al frente para domar sus duelos desde el control del balón.

Aun así, en los dos primeros envites del curso, con el engranaje en proceso de acople, no logró adueñarse del cuero, algo que no tuvo mucha importancia para sumar los tres puntos en el Nuevo Arcángel ante un Córdoba que se hizo fuerte en esa faceta del juego en la que también destaca. No obstante, todo cambió a partir del duelo contra el Málaga, ya que desde ese envite los isleños han mostrado un crecimiento más que evidente en ese apartado estadístico.

Ante los malacitanos, sumaron un 68% de posesión, en El Plantío un 61% y en el triunfo ante la Real Sociedad B acabaron con un 63%; la mejoría es bastante notoria. De ese modo, la UD ha escalado hasta es el cuarto lugar entre los mejores equipos de Segunda a la hora de dominar el esférico con una media de 55,9% de posesión en estos primeros cinco partidos, lo que les sitúa muy cerca del tercer clasificado, el Córdoba (56%) y el segundo, el Almería (56,2%).

Además, ese salto en positivo no viene solo, ya que los amarillos van a más en cuanto a cantidad de pases completados. Las Palmas ha evolucionado en esa asignatura y ocupa el cuarto puesto de pases buenos en su terreno de juego y el quinto en el campo rival, un aspecto que coloca a los pío-pío como la escuadra que más pases correctos ha completado en lo que va de torneo con 2.042. Todo ello, con un 75% de acierto en esos pases en la zona defensiva de sus contrarios.

El corte de los jugadores, clave

Si bien es cierto que Luis García ha apretado el botón idóneo para recuperar una de las señas de identidad más representativas de los insulares, todo se concreta a través de las piezas de las que dispone. En ese sentido, la predilección del asturiano por nombres como los de Iván Gil, Manu Fuster, Enzo Loiodice y, sobre todo, un Lorenzo Amatucci que ha caído de pie en el estilo que pretende jugar esta UD es algo fundamental. Estos jugadores le dan sentido al sistema en sí mismo y, además, forman parte de esa nómina de futbolistas que el curso pasado no contaron para los dos técnicos que tuvo Las Palmas sin contar al italiano, que llegó este verano a la entidad cedido desde la Fiorentina; cuanto menos, curioso. A ellos, se le suma un Ale García que ha encajado sin problema en la parcela ofensiva, así como un Jonathan Viera que lleva escrito en su ADN las cualidades para desarrollar este estilo.

Con ese perfil de jugador, el cuadro grancanario ha logrado dominar más sus partidos, ha generado ocasiones y se ha plantado en área rival con convicción y recursos a pesar de que por ahora está siendo más efectista que efectiva a la hora de materializar esas oportunidades de gol. Pero esta filosofía es el trayecto más rápido para edificar una estructura sólida y competitiva, aunque habrá días que dominará por petición expresa del equipo al que se enfrente y tendrá que tumbar los típicos muros defensivos tan habituales en esta Segunda División.

Sea como sea, la manera de entender el juego de Las Palmas vuelve a ser reconocible. Luis García ha desempolvado el libro de estilo amarillo y lo ha hecho suyo. Ahora le toca recorrer su propio sendero con una idiosincrasia que se quedó guardada en un cajón durante toda una temporada. Ahora, vuelven de nuevo a emplear el balón como eje sobre el que girar una idea, un mantra futbolístico con tintes exitosos y con la que aspirar a la gloria para ascender.

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