Lukovic da en el centro de la diana, rearma a una UD Las Palmas poco eficaz y salva un punto ante el Huesca (1-1)

Como agua entre el desierto. Un chispazo de genialidad que vale un empate en una noche aciaga. La UD Las Palmas sacó un punto de su visita a El Alcoraz, un campo en el que no ha ganado nunca, gracias a un disparo de Milos Lukovic que alivió la falta de olfato del cuadro de Luis García. Los isleños tuvieron el dominio del encuentro y de la posesión, aunque les faltó cierta contundencia en las dos áreas. De hecho, el Huesca se adelantó en el marcador tras haber tenido las ocasiones más claras del choque en la primera mitad, hasta que, en el minuto 79, y desde las botas del delantero balcánico, los insulares consiguieron rematar entre los tres palos —la única vez en toda la noche— para salvar los muebles. De ese modo, los amarillos suman un punto a domicilio que puede ser valioso a la larga, en el que fue el regreso de Kirian a la titularidad 293 días después.

Las Palmas arrancó el duelo tratando de combinar y enlazar pases en la zona de la medular, con Kirian como encargado de llevar el peso del juego. El tinerfeño ejerció de faro, secundado por Amatucci, aunque a los amarillos les estaba costando llegar con claridad al campo contrario, y el Huesca se mostró más cómodo gracias a sus recuperaciones, algo que le ofreció la oportunidad de plantarse ante Horkas con más frecuencia.

Cero peligro real

Desde un bloque medio, la UD logró desquitarse del descontrol de los primeros minutos y comenzó a crecer. Ale García trabajó desde su banda, la derecha, con desborde y velocidad, convirtiéndose en esa figura tan trascendental para los canarios. Es más, el platanito jugó mejor que un Fuster que recuperó su sitio en el once en detrimento de Viti. A pesar de ello, la ausencia de acierto en el último pase impidió probar a Dani Jiménez, meta rival.

Por ello, lo intentó bastante la UD desde el balón parado. Ante ese escenario, los insulares dieron un paso al frente en la presión, en busca de recuperar la posesión más cerca de la portería oscense, pero no lograron materializarlo. En cambio, el Huesca sumó varios intentos al acercarse a Horkas, con un disparo de Enol desde la frontal y otro de Ángel Pérez dentro del área, tras superar la marca de Marvin Park; la zaga isleña pareció estar más endeble que en anteriores duelos.

Golpe bajo antes del descanso

Pese a que el ritmo y el peso del balón eran de Las Palmas, no había forma de traducir ese dominio en disparos a portería. Sin embargo, el mazazo apareció cuando ya se barruntaba el descanso. Un centro con algo de veneno de Abad desde la derecha lo cazó Enol, que se adelantó a Álex Suárez y, con un testarazo, acabó batiendo a Dinko Horkas. Al final, el cuadro local mereció más y se llevó el premio. Las Palmas había perdido eficacia defensiva y quedó expuesta. La falta de contundencia en las áreas nunca es la mejor de las ayudas.

Aun con la rabia intacta por el gol encajado, Luis García decidió no agitar el árbol tras el paso por los vestuarios. El asturiano apostó por mantener a los mismos que habían iniciado el encuentro, con la salvedad de que los amarillos fueron más agresivos en la presión e intentaron acumular hombres cerca del área. Con esa tendencia, los espacios que dejaba atrás Las Palmas podían costarle bastante caros, un aspecto que estuvo a punto de rubricar Luna gracias a un remate cerca del área grande tras una dejada exquisita obra de Kortajarena (49’).

Acercamientos en forma de aviso

Tras diez minutos de segunda mitad, saltó al césped Loiodice en lugar de Kirian para aportar más frescura. Con más posesión y más tensión, la UD encerró en su propio terreno de juego a un Huesca que aguantó el envite. De hecho, Ale García, Fuster y hasta un Suárez que se revolvió como un nueve en el área, tras un saque de esquina, lo intentaron, pero Dani Jiménez continuó con los guantes intactos.

Aunque el escenario era muy propicio, el Huesca halló formas de amargarle la noche a Dinko Horkas: primero con un disparo del grancanario Dani Ojeda que puso en aprietos al croata y luego con un disparo muy lejano de Manu Rico que a punto estuvo de sorprender a un portero amarillo muy adelantado.

Lukovic da con su flecha en la diana

Con poco menos de 20 minutos por delante, Luis García puso en el césped a Mata y Viti en busca del empate, retirando del terreno de juego a Marvin y Fuster. La idea era tener dos delanteros centros para intentar dar con la tecla, cuestión que acabó llegando. Barcia superó varias líneas gracias a una gran conducción y asistió a Ale García dentro del área, que descargó la pelota cerca del vértice izquierdo del área para un Milos Lukovic que preparó el disparo, miró a portería y la colocó en el ángulo (79’). En el primer disparo entre los tres palos del cuadro insular, apareció el gol para el serbio, que vio portería por segundo encuentro consecutivo y celebró el tanto junto a Ale García imitando la fusión de la serie de animación Dragon Ball Z.

A partir de ahí, la UD volvió a perder algo de fuelle a la hora de generar peligro, hasta el punto de que la ocasión más clara de ese tramo final la protagonizó el local Arribas con un chut que Horkas tuvo que quitarse de encima. Ni con la entrada de Pejiño e Iñaki, rondando el minuto 88, consiguió reaccionar una UD a la que le faltó de nuevo colmillo, aunque Mata tuvo un disparo en el 96 que se fue alto y que pudo haber cambiado el día de su cumpleaños y el choque.

Lo cierto es que a Las Palmas le falta olfato, y en Huesca mostró algunos problemas defensivos. Aun así, sacó adelante un punto lejos del Estadio Gran Canaria que debe servir como acicate para los próximos envites, sabiendo que, ante rivales que se asientan bien atrás, siempre será difícil anotar y que hay que buscar alternativas. Pero si Lukovic sigue dando en la diana, como buen arquero, los amarillos encontrarán el camino al gol mucho más fácilmente. Todo ello, en una noche en la que los de Luis García van a dormir, al menos durante unas cuantas horas, como colíderes de la Segunda División, empatados a puntos (19) con el Racing de Santander.

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