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SU HISTORIA

La inspiradora trayectoria de Miguel Ángel Ramírez: su camino hacia la presidencia de la UD Las Palmas

Miguel Ángel Ramírez se sinceró, largo y tendido, en el podcast de Bruno Agostini. Trató sus inicios empresariales e hizo un balance sobre la historia de la UD Las Palmas.

Los inicios profesionales de Miguel Ángel Ramírez, presidente de UD Las Palmas

La Provincia

Adolfo Rodríguez

Adolfo Rodríguez

El empresario español Miguel Ángel Ramírez, actual presidente de la UD Las Palmas, compartió en el podcast de Bruno Agostini detalles sobre su historia de superación, destacando cómo su éxito empresarial comenzó con humildes inicios como vendedor ambulante hasta liderar Seguridad Integral Canaria, una de las mayores empresas de seguridad del país.

Ramírez, quien se describe como "una persona bastante normal, vengo de abajo" y que se ha "hecho a sí mismo", compartió detalles de su vida en Tamaraceite, un barrio de Las Palmas de Gran Canaria, especialmente durante los años 80. Recordó que, en su juventud, él y tres amigos se enfocaban en jugar al fútbol y al baloncesto, manteniéndose alejados de las "malas compañías y de los malos hábitos". Su familia se dedicaba principalmente a la venta ambulante de frutas, y el joven Miguel Ángel comenzó su andadura laboral a una edad temprana.

A los 12 o 13 años, alrededor de 1983 o 1984, ganaba sus primeras pesetas acompañando a su familia, vendiendo los sacos vacíos de papas y las cajas de fruta. En aquella época, esto le reportaba entre 1.000 y 1.500 pesetas, una suma que, según sus propias palabras, consideraban "mucho dinero".

Primeros trabajos y la transición empresarial

A medida que evolucionaba, sus métodos para ganar dinero también lo hacían. Cuando el pabellón de Tamaraceite fue adaptado para el equipo de baloncesto Claret (hoy Gran Canaria de Baloncesto), él y sus amigos pasaban las tardes cuidando y lavando los coches de las personas que acudían a jugar. Esta actividad lo mantuvo ocupado.

Posteriormente, vivió en Fuerteventura con unos tíos que se dedicaban al suministro de frutas y verduras a hoteles. Un quiebre en su camino ocurrió tras sufrir una grave lesión de fútbol, partiéndose el codo en tres sitios, lo que lo obligó a volver a Las Palmas de Gran Canaria para operarse.

Con 17 años, su ambición se disparó vendiendo libros y enciclopedias (específicamente, enciclopedias de primeros auxilios de la Cruz Roja de Editorial Carroio) en Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria y La Palma. En este punto, el salto en sus ingresos fue significativo: ganaba 5.000 pesetas (30 euros) por cada enciclopedia vendida, llegando a despachar cuatro o cinco al día.

La vocación militar y el giro hacia la seguridad

A pesar de este temprano éxito comercial, Ramírez confiesa que su verdadera meta "no fue ser empresario". Lo que realmente le atraía era la vida militar. De hecho, mientras vivía en Fuerteventura, estaba "todo el día alrededor del cuartel" y le "encantaba la vida legionaria".

Sin embargo, su historia tomó otro rumbo, influenciado por su padre, que era jefe de seguridad de una empresa. Esto despertó su interés por el sector, llevándolo a asistir a cursos para lo que entonces se llamaba "vigilante jurado". Tras trabajar brevemente en un almacén comercializador de conservas, vino y whisky en 1988, y después de completar el servicio militar (la mili), obtuvo el título de vigilante y comenzó a colaborar con un detective. Ramírez subraya su amplia formación en el campo, siendo actualmente jefe de seguridad, escolta, vigilante de explosivos, profesor de seguridad privada y detective privado.

El nacimiento de las empresas y las jornadas de 18 horas

En 1992, el directivo que lo había fichado para una empresa de tránsito de mercancías en Barcelona le propuso montar su propia compañía. Con un socio capitalista que aportó el dinero debido a la confianza en su profesionalidad, fundaron una empresa de transporte urgente de mercancías con presencia en Barcelona, Madrid y Canarias.

La clave para generar capital fue la dedicación absoluta: "Yo trabajaba 16, 18 horas diarias". Mientras gestionaba su empresa de transporte, por las noches, trabajaba en una empresa de seguridad. Ramírez afirma que ganó dinero porque no tenía tiempo para gastarlo, sacrificando los fines de semana cuando "la gente está tomándose una copa por ahí o está cenando".

Esta disciplina le permitió diversificar. En 1993, fundó paralelamente cinco pequeños supermercados, dos tiendas de animales y charcuterías, negocios que posteriormente vendió, obteniendo ganancias.

La consolidación con Seguridad Integral Canaria

El gran salto ocurrió con la fundación de su empresa de seguridad, Seguridad Integral Canaria (SIC). Para constituir la sociedad anónima, necesitaba 60.000 euros (10 millones de pesetas) de capital social, dinero que tuvo que pedir prestado. Tras un año de trámites para obtener la licencia, Ramírez logró devolver los 60.000 euros en solo tres meses, un hecho posible al buscar "clientes top" y utilizar el mecanismo del factoring, que permitía obtener liquidez inmediata de los bancos usando las facturas de clientes, asegurando el pago a los trabajadores.

Seguridad Integral Canaria se expandió hasta llegar a emplear a 7.000 trabajadores en toda España y se convirtió en la quinta empresa de seguridad del país. Además, SIC era una de las solo cuatro empresas de seguridad del país que estaban autorizadas a custodiar y mover dinero en sus bóvedas.

Ramírez enfatiza que su éxito, viniendo de un chico de Tamaraceite "sin recursos propios", generó envidia entre sus grandes competidores, quienes, al ver su evolución, "se ponen de acuerdo para hacerte la guerra", dando pie a las polémicas que han marcado su carrera posterior.

Ramírez concluyó sus reflexiones sobre su ascenso, destacando que su trayectoria es un ejemplo de cómo "si no tienes dinero, no tienes recursos, lo que tienes que ser es un gran profesional para que la gente a la que tú acudes para que te presten dinero te lo presten porque ven que tú se los puedes devolver". Su camino, aunque lleno de éxitos, también ha incluido tropiezos y fracasos, pero insiste en la importancia de levantarse y continuar.

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