Si eres un poco observador, te habrás dado cuenta de que, aunque cada hipermercado o tienda coloca el género de manera distinta, todos coinciden en lo mismo: en que para llegar a lo esencial te tienes que recorrer medio súper.

Es muy común ir a por leche y encontrarla casi escondida, pasando antes por la zona de las golosinas, del café, los chocolates o incluso la de las televisiones en el caso de los centros comerciales más grandes.

La colocación de los productos no es casual

Por supuesto, esto es intencionado y se debe a que, según varios estudios de consumo, más de la mitad de las decisiones de compra que tomas no están planificadas, sino que son fruto de los impulsos.

De ahí que en las cajas siempre haya productos que adquieres de esta manera, como chicles, chucherías, refrescos, etc., que sueles coger porque están a mano.

Quieren evitar el efecto del carro lleno

Los especialistas en marketing describen una sensación a la que llaman la del "carro lleno" y que consiste en que, conforme se va llenando, vas pensando que quizá has gastado demasiado.

Este pensamiento hace que comiences a comprar usando la cabeza, por lo que te olvidas de los productos que no son de primera necesidad, pero ya es tarde porque los has puesto en el carro al principio.

La colocación en la estantería también influye en lo que compras

¿Cuántas veces te has agachado a coger un bote del estante que está pegado al suelo? Seguro que ninguna y es raro que hayas alargado el brazo hasta la parte superior de la estantería para llegar a una lata de atún.

De este modo, cuando un hipermercado quiere que compres un producto, te lo ponen a la altura de los ojos, en las baldas de en medio a las que llegas sin agacharte ni estirarte, o también lo pueden colocar en las cabeceras de las estanterías o góndolas.

Esta ubicación es tan importante, que las marcas pagan muy bien a los hipermercados con el fin de que pongan sus productos en este lugar tan destacado.