PSICOLOGÍA

¿Lo que ves es real o solo lo que tu mente interpreta? El experto Mario Alonso Puig lo explica

El médico y conferenciante desvela cómo nuestra mente distorsiona el mundo a través de creencias, emociones y sesgos cognitivos

Visión distorsionada

Visión distorsionada / Instituto Oftalmológico Ferández- Vega

Las Palmas de Gran Canaria

¿Alguna vez te has preguntado si lo que ves realmente es la realidad? El doctor y divulgador Mario Alonso Puig lo tiene claro: "Nuestro cerebro no percibe el mundo tal cual es".

Según explica, cada estímulo que recibimos del exterior pasa por el filtro de nuestras creencias, experiencias y emociones, generando una versión única y personalizada de la realidad.

De manera que la realidad no es objetiva, es una interpretación de la misma. Por ello, dos personas pueden vivir la misma situación y experimentarla de forma totalmente diferente.

A lo que añade: "Si algo no te gusta, quizás sea una lección disfrazada". La clave según el médico y conferenciantes está en detenerse, observar y preguntarse: "¿qué puedo aprender de esto?". De esta forma invita a un cambio de perspectiva.

Así nuestra mente sabotea la objetividad

Nuestro cerebro, por su propia estructura, está sujeto a limitaciones. Y para procesar la enorme cantidad de información que recibimos cada segundo, utiliza los sesgos cognitivos. Estos son atajos mentales inconscientes que nos ayudan a tomar decisiones rápidas, pero que también distorsionan la realidad.

Estos sesgos están condicionados por la cultura, el entorno social y nuestras emociones, y aunque nos resultan útiles, también pueden nublar nuestro juicio.

Entre los más comunes, destacan:

  • Sesgo de confirmación: buscamos y creemos solo en lo que valida nuestras creencias, ignorando datos contrarios.
  • Sesgo de disponibilidad: si algo es más fácil de recordar, creemos que es más frecuente de lo que realmente es.
  • Sesgo de anclaje: tomamos decisiones basadas en un dato inicial, aunque no tenga relevancia.
  • Sesgo retrospectivo: pensamos que siempre supimos lo que iba a pasar… después de que haya ocurrido.
  • Sesgo de grupo o pertenencia: tendemos a favorecer a quienes son de “nuestro grupo” y a desconfiar de quienes no lo son.

Comprender que lo que percibimos no siempre es la realidad nos invita a ser más humildes, empáticos y conscientes de cómo interpretamos el mundo que nos rodea. Porque a veces, cambiar tu vida empieza por cambiar tu forma de mirar.

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