¿Muestras madurez o solo lo aparentas? Estas 6 actitudes delatan si eres emocionalmente inmaduro

Hay personas que sonríen, conversan, tienen carisma e incluso parecen llevar las riendas de su vida. Pero basta una conversación incómoda, un conflicto leve o una crítica bienintencionada para que algo se rompa. Saltan a la defensiva, niegan lo evidente, proyectan, se victimizan o hieren sin hablar claro.

Según el psicólogo Nicolás Salcedo (@nico_salcedo_psicologia), detrás de estos comportamientos puede esconderse una inmadurez emocional que va mucho más allá de la edad o la experiencia.

La inmadurez es una etapa natural del desarrollo, pero cuando se mantiene o se repite de forma constante, se convierte en un rasgo que afecta a las relaciones y a la salud mental. En un vídeo viral en TikTok, Salcedo resume las seis señales más claras para detectar si alguien o uno mismo todavía no ha alcanzado la madurez emocional.

1. Se ponen a la defensiva con facilidad

“Ni siquiera hace falta que la crítica sea destructiva, aunque sea constructiva, la van a sentir como un ataque”, explica el psicólogo. Quienes no han desarrollado recursos para gestionar sus emociones tenderán a rebatir, evitar la conversación o incluso girarla para que el foco sea otra persona. “Protegerse será más importante que solucionar el problema”. La diferencia con una persona madura es clara, pues acepta la crítica si es válida, sin personalizar ni dramatizar.

2. No aceptan la culpa: la desvían o la deforman

Otra señal clara de inmadurez es la incapacidad para asumir responsabilidades. “Tergiversan la historia, culpan a los demás o cambian de tema”, señala Salcedo. Lo hacen porque su ego no puede aceptar que, simplemente, se han equivocado. La madurez, en cambio, se reconoce en frases tan sencillas como poder decir: “Sí, fue mi error. Me equivoqué”.

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3. Usan la culpa como herramienta de manipulación

No es que expresen lo que sienten, sino que hacen sentir culpable al otro para conseguir lo que quieren. “No te lo piden de forma asertiva. Te hacen sentir mal para que cedas”, advierte el psicólogo. La madurez, en contraste, se apoya en la honestidad, ya que pedir lo que se necesita con claridad, sin jugar con las emociones de los demás.

4. Son pasivo-agresivos

En vez de decir lo que les molesta, usan el sarcasmo, lanzan comentarios disfrazados de broma o aplican la llamada “ley del hielo”. Todo esto para evitar el conflicto directo, pero transmitiendo resentimiento. “No se enfrentan al rechazo de forma abierta, sino que lo proyectan con agresividad encubierta”. Una persona emocionalmente madura, en cambio, pone palabras al malestar: “Esto que pasó me hizo daño”.

5. Usan las emociones como arma de control

Aquí entra en juego la victimización. Se exagera el dolor o el sufrimiento no tanto para compartirlo, sino para influir en la conducta del otro. El objetivo no es sanar, sino ejercer control, como explica Salcedo. Las emociones dejan de ser señales internas y se transforman en herramientas externas.

6. Practican la triangulación emocional

En lugar de afrontar directamente un conflicto, introducen a una tercera persona para desviar la responsabilidad o para ganar apoyo. “Buscan a alguien que reduzca el impacto o se ponga de su parte”, señala el experto. Pero los emocionalmente maduros hacen justo lo contrario, pues prefieren enfrentar la situación sin escudarse en otros y no delegan sus conflictos personales.

La madurez emocional no llega con los años, ni con títulos, ni con logros. Llega cuando podemos sostener nuestras emociones sin arrojarlas al otro, cuando asumimos la parte que nos corresponde y dejamos de usar el dolor como excusa.

Como concluye Nicolás Salcedo, estas seis señales no solo ayudan a detectar la inmadurez en los demás, sino también a iniciar el trabajo personal hacia relaciones más sanas y auténticas.