¿Por qué los mecánicos pasan un papel con aceite de oliva por los limpiaparabrisas? Este es el truco para acabar con los ruidos
Llevar los limpiaparabrisas en buen estado es esencial para mantener una visibilidad segura al volante, especialmente en condiciones de lluvia

Esta es la manera de acabar con el ruido de los limpiaparabrisas / NEOMotor
La luna delantera del coche es fundamental para garantizar una buena visibilidad en la carretera y evitar accidentes. Por ello, es imprescindible mantenerla siempre limpia. Para esta tarea, contamos con los limpiaparabrisas, una herramienta esencial que está diseñado, tal como indica su nombre, para mantener el cristal libre de suciedad. Sin embargo, si no mantenemos en buen estado este objeto de nuestro coche, no cumplirá con su función, así que los mecánicos explican por qué debes pasar un papel mojado para protegerlos.
Unas escobillas limpias y en buen estado permiten una visibilidad óptima en días de lluvia, niebla o incluso polvo en suspensión, frecuentes Canarias. Con el tiempo, el caucho se ensucia, se endurece o acumula residuos que afectan su funcionamiento.
Si este utensilio no se limpia, se produce uno de los ruidos más molestos que se pueden escuchar en un coche durante la lluvia, el chirrido de los limpiaparabrisas. Aunque muchos conductores creen que para acabar con él tienes que cambiar las escobillas, se puede hacer una cosa más sencilla, barata y eficaz.
¿Por qué hacen ruido los limpiaparabrisas?
El sonido desagradable que hacen algunos limpiaparabrisas al funcionar no siempre significa que estén rotos. En muchos casos, ese chirrido constante se produce por la fricción provocada por la suciedad acumulada o la sequedad de la goma que roza directamente contra el cristal. Además de ser molesto, este ruido puede indicar que la escobilla no se está deslizando correctamente, reduciendo la eficacia de limpieza.
El truco del mecánico para eliminar el ruido
Desde el taller Pro Service, un mecánico ha compartido en redes un sencillo truco casero para limpiar las escobillas y devolverles su suavidad original: "Cogemos un poco de papel y lo mojamos con lubricante, puede ser aceite de oliva, aceite doméstico, vaselina o cualquier producto que no dañe la goma".
El método consiste en frotar con cuidado la escobilla con el papel humedecido, dejando actuar unos segundos para que el aceite penetre. A continuación, se limpia el exceso de producto con otro papel seco. El mecánico aconseja repetir la operación en ambas escobillas y, finalmente, limpiar el cristal del parabrisas para eliminar cualquier resto de aceite que pueda afectar la visibilidad.
Este truco no solo elimina el molesto ruido, sino que también alarga la vida útil de las escobillas. Esta solución práctica y rápida puede hacerse con productos que todos tenemos en casa para .
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