Nuestro cuerpo es el hogar no solo de nosotros mismos, sino también de millones de microorganismos que colonizan nuestra piel, boca, genitales y, sobre todo, nuestro intestino. En los últimos años, la microbiota intestinal ha ganado una impresionante notoriedad debido a su relación con la digestión, el sistema inmunitario e incluso la salud mental, ya que un desequilibrio en esta comunidad microbiana podría aumentar el riesgo de depresión.
Esta creciente conciencia ha llevado a la popularización de los probióticos y prebióticos, conocidos por su capacidad para mejorar la población microbiana intestinal. Existe un tercer grupo de componentes, aún menos conocidos pero igualmente intrigantes: los postbióticos.
¿Qué son exactamente los postbióticos?
Son sustancias producidas por las bacterias de la microbiota intestinal después de descomponer alimentos ricos en fibra. Aunque su nombre puede parecer nuevo para muchos, estas sustancias incluyen ácidos grasos, vitaminas, enzimas y aminoácidos. Uno de los postbióticos más destacados es el butirato, un ácido graso de cadena corta que ha sido asociado con numerosos beneficios para la salud.
El butirato, en particular, actúa como combustible para las células intestinales y mejora la resistencia del intestino ante microorganismos patógenos, reduce la inflamación y promueve la salud general de la microbiota. Además, se ha señalado que el butirato interviene en el cerebro, reduciendo la sensación de hambre.
No obstante, el butirato no es el único postbiótico; otros conocidos incluyen el ácido láctico y el ácido acético, que se producen durante la fermentación de alimentos. Por lo tanto, la clave para obtener suficientes de estas sustancias en la dieta es consumir probióticos y prebióticos, que desempeñarán su papel en el intestino. Las verduras fermentadas hechas en casa son una opción recomendada que aporta bacterias beneficiosas y la fibra necesaria para su supervivencia.
Además, en España, existen alimentos populares que contienen postbióticos de manera natural. Ejemplos notables son el café, el chocolate y ciertos tipos de té, que no contienen bacterias vivas pero sí aportan postbióticos, lo que podría contribuir a sus efectos saludables.
Dada la creciente evidencia de los beneficios asociados con el consumo de postbióticos, se han comenzado a producir suplementos que los contienen. La preferencia se inclina hacia el aumento de la ingesta de estos compuestos a través de la dieta, ya que se considera una opción más económica y efectiva.
Estudios científicos respaldan los efectos positivos de los suplementos de postbióticos en la salud, incluyendo la reducción del riesgo de infecciones respiratorias, la mejora de la respuesta inmunitaria y la prevención de enfermedades digestivas, alergias y tumores.