La fórmula infalible para separar la yema de la clara con una botella de refresco
Existe un truco económico, rápido y limpio que convierte cualquier botella de plástico reciclada en una auténtica herramienta de cocina

Variedades de huevos de las gallinas / La Provincia
Separar las yemas de las claras puede resultar tedioso si no se domina la técnica clásica del “pasa‑yema” o no se tiene a mano un separador de huevos.
Sin embargo, existe un truco económico, rápido y limpio que convierte cualquier botella de plástico reciclada en una auténtica herramienta de cocina: ¡la botella de refresco!
Por qué funciona este método
La clave está en la presión y el vacío. Al apretar la botella antes de acercarla a la yema y después soltarla, se crea un efecto de succión que permite atrapar la yema sin romperla y dejar caer la clara. Así, se aprovecha:
- Elasticidad del plástico: al deformarlo, expulsamos el aire interior.
- Diferencia de presión: al soltar la botella, el aire exterior “aspira” la yema hacia dentro.
Materiales necesarios
- 1 botella de plástico (500 ml o similar), limpia y sin etiqueta.
- Huevos (la frescura mejora el resultado; cuanto más firme esté la clara, mejor).
- 2 recipientes: uno para captar la clara y otro para la yema.
Paso a paso
- Prepara los recipientes.- Coloca un bol grande (o plato hondo) para la clara. Sitúa junto otro recipiente pequeño para contener la yema.
- Rompe el huevo.- Golpéalo suavemente contra una superficie plana y ábrelo con cuidado sobre el bol grande, dejando caer la clara.
- Aprieta la botella.- Con la mano, presiona ligeramente los lados de la botella para expulsar buena parte del aire interior.
- Posiciona la boca de la botella.- Acerca la boca de la botella (la abertura) justo sobre la yema, manteniéndola perpendicular al huevo.
- Suelta la presión.- Afloja progresivamente la mano para que, al volver la botella a su forma original, el vacío succionará la yema hacia dentro.
- Transfiere la yema.- Levanta la botella con la yema en su interior y aprieta de nuevo sobre el segundo recipiente para liberar la yema fácilmente.
Consejos y variaciones
- Botella limpia y seca: asegura que no queden restos de líquido o grasa en el interior.
- Botella del tamaño adecuado: una de 500 ml o 1 L funciona mejor; aquellas de boca muy ancha pueden fallar.
- Huevos frescos: con claras firmes, la yema queda más compacta y no se deshace durante la succión.
- Variación sin botella: la misma idea se aplica con una manga pastelera de silicona sin boquilla; apriétala, envuélvela alrededor de la yema, suelta y ¡listo!
Ventajas de la técnica
- Rapidez: en apenas unos segundos tienes la yema y la clara perfectamente separadas.
- Higiene: evitas el contacto directo con la mano sobre la yema y posibles roturas.
- Economía: no necesitas utensilios específicos; reutilizas una botella de plástico.
- Versatilidad: ideal para repostería (merengues, mousses) o dietas con clara sola.
Precauciones
- No reutilizar la botella para beber después de este uso culinario.
- Lavar bien la botella con agua caliente y jabón antes de emplearla en la cocina.
- Manipular con cuidado: si aprietas demasiado fuerte podrías romper la yema.
Con esta fórmula tan sencilla, transformarás un gesto rutinario de la cocina en un proceso rápido y limpio. ¡Dale una segunda vida a tus botellas de refresco y nunca más vuelvas a batallar con el separador de huevos!
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