Edificada en Long Island €frente a Manhattan, en Nueva York€, en el pequeño islote de Shelter, esta casa se encuentra en una zona residencial por excelencia para los neoyorquinos. Sus autores, los arquitectos Michael Morris y Yoshiko Sato, con despacho en Nueva York, han proyectado una vivienda que ofrezca a la vez un aspecto monolítico y fuerte expresividad exterior y una gran apertura desde el interior.

La primera característica la han logrado diseñando unas fachadas y un tejado de planos sesgados y superficies con textura que dan lugar a un volumen unitario pese a que los materiales empleados varían. Los orígenes de la arquitecta Yoshiko Sato aquí se dejan notar: las fachadas de tablones de cedro se inspiran en los edificios históricos de Kioto, en Japón.

El segundo rasgo, que además la hace distinta de la mayoría de las viviendas, es que sus ventanales forman esquina, para procurar visión expansiva del jardín y del océano Atlántico.

En la planta baja, donde se encuentran la sala, el comedor y la cocina, se han realizado las mínimas divisiones posibles para que los ejes visuales en diagonal no se vean interrumpidos y se pueda disfrutar de las panorámicas que brindan las vidrieras en ángulo. Los dormitorios quedan ubicados en la planta superior, y se han ideado como espacios perforados por aberturas y terrazas con el fin de que dispongan de buena iluminación y vistas.

Un gran hueco interior une las dos plantas como sistema de convección de aire para ventilar el interior. Este vacío aporta luz al punto más interior de la vivienda y también actúa como contrapunto de la chimenea. Construida de obra, esta adquiere presencia tanto dentro como fuera de la casa, con una vistosa torre para la salida de humos adosada a la fachada.

Junto a la vivienda se han edificado un pabellón para invitados y el garaje, con techumbres inclinadas. Los anexos de una sola planta, situados formando una L, recogen el jardín y la piscina y enfocan la visión hacia el océano.

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