El proyecto consiste en la construcción de una vivienda unifamiliar, entre medianeras con fachada a dos calles, dando la principal a la emblemática zona del Riuetó de Portocolom, y la trasera a la calle Nord. Queda enmarcada frontalmente por el canal de agua con las barracas de pescadores y posteriormente con la iglesia del Carme. Un emplazamiento magnífico que definió el trabajo del arquitecto Joan Cerdà Ripoll de Niu Arquitectura.

En las viviendas de dos plantas, de forma tradicional, se distribuye la zona de día en la parte inferior, reservando la zona de noche a la superior. En este caso, se optó por invertir este esquema, destinando la planta baja a la zona de acceso y de habitaciones, y alojando en la planta primera todo el área de día.

De esta forma, se conseguía elevar el punto de vista sobre el mar de todo la sala de estar, pudiendo disfrutar de unas mejores vistas y de una mejor iluminación, factor importante para el buen uso de la vivienda, primordialmente vacacional y de descanso.

Invertir el uso de las planta es, como en el caso que les mostramos, una idea lógica, inteligente, porque las vistas que se disfrutan desde ella, desde la zona de noche, jamás serían disfrutadas por los habitantes y sus invitados.

Pero no es mala idea utilizar esta fórmula también en edificios entre medianeras y de dos o más plantas, muy habituales en Mallorca, situando la zona común en las partes más altas, porque de esta manera se aprovecha un bien muy preciado, la luz.

En la casa de Portocolom que nos ocupa, esta distribución facilita también el acceso a una zona de recreo cada vez más valorada y que, en muchas ocasiones, es marginal. Desde este nivel se tiene acceso directo a la terraza, magnífica.

Ocupa toda la planta de la casa convirtiéndose en un enorme mirador, funcionando como solárium y como zona de estar gracias a la pérgola proyectada y a los bancos de obra perimetrales, perfectos para la tertulia.

Compositivamente, se planteó una fachada principal muy tradicional, acorde con la necesaria integración paisajística del frente del Riuetó, mientras que en la fachada posterior se introdujeron algunos elementos como la escalera metálica colgada y la celosía en el muro de cierre de la pérgola que permite visiones parciales de la iglesia.

De esta forma, se muestra un respeto absoluto con el entorno, sin disonancias pero al mismo tiempo se aprovechan signos más vanguardistas que recuerdan indisimuladamente que el edificio es plenamente moderno. Lo es su concepción y lo es el concepto primitivo que provocó su construcción.

El disfrute de las vacaciones con comodidad. Sin esclavitudes excesivas. Debido a las dimensiones en planta de la

vivienda, se optimizaron al máximo los espacios, trabajando con muebles integrados en la obra realizados todos en DM lacado, que albergan todo el programa de almacenaje de la casa.

Para aumentar esta capacidad, se proyectó un nivel de altillos que ocupa toda la parte superior de las tabiquerías de la planta baja y que, al retranquearse, provoca la aparición de un juego volumétrico que permite ampliar las visiones de las habitaciones, aumentando en ellas la sensación de espacio.

La planta baja se ordena alrededor de una pieza central donde se alojan el aseo y el baño principal, dejando a cada lado, encarados con las fachadas, las habitaciones. La planta superior es un gran espacio diáfano abierto al mar, donde se distribuye la sala de estar y el comedor.

La cocina forma parte de esta zona pudiéndose integrar en el conjunto de la planta, según el uso que se le quiera dar. Para ello se proyectó un cerramiento practicable en madera lacada que permite abrir y cerrar la barra y la puerta haciéndola permeable al resto del espacio de este nivel y pudiendo por lo tanto disfrutar también desde ella de las vistas hacia el Riuetó.

Es agradable poder mantener abierta esta cocina mientras se trabaja en ella y poder conversar con el resto de invitados. Una vez concluida la cena, se cierra el espacio y desaparecen de la vista cacerolas y demás enseres.Los materiales muestran también el respeto por la tradición

. Se buscó trabajar con la calidez que proporcionan los elementos naturales. Revocos naturales en el exterior, pavimentos y forros de zonas húmedas de marmolina, madera maciza en todas las carpinterías, en la tarima de la terraza y también la madera lacada de todos los elementos del mobiliario a medida que se realizaron. Calidad natural que pide ser vivida y disfrutada.