Elegir y combinar bien los colores para crear un interior armónico es un trabajo de decoración tan apasionante como complicado. Si estás pensando en pintar tu casa esta pequeña guía reúne varias pautas para saber qué tonos sientan bien en cada estancia, lograr una gama de colores equilibrada y conseguir el resultado deseado de una forma tan sencilla como eficaz.

En busca del ambiente perfecto. Lo primero es olvidarse de los colores y centrarse en la atmósfera que quieres conseguir.

Para encontrar un ambiente que te inspire puedes ojear revistas de decoración y de arquitectura, catálogos de firmas de mobiliario y textiles o libros de diseño de interiores y hasta de hoteles. También puedes rastrear imágenes en Internet: Pinterest o Instagram pueden ser dos buenas opciones.

El siguiente paso es extraer los colores de la imagen seleccionada. Es más fácil reproducir la gama cromática de un interior que nos guste y funcione.

Para que la composición resulte eficaz no elimines ni sustituyas ningún color de la gama porque romperás el equilibrio cromático. Ningún color funciona en solitario.

Adapta los colores elegidos a tu vivienda. Para que los colores concuerden en tu casa adáptalos después a las características de ésta. A la hora de colorear el espacio la fórmula es la siguiente: aplicar los colores más claros en las paredes que deseas que desaparezcan y los matices más oscuros para destacar algunos muros o marcar divisiones espaciales sin necesidad de dividir físicamente la estancia.

Si la estancia es pequeña, es mejor colorear con los tonos claros las grandes superficies e introducir los matices más intensos en los detalles. En habitaciones muy amplias, para que los ambientes no parezcan desangelados, se recomienda utilizar el mismo tono en dos paredes enfrentadas. De esta manera, los muros visualmente se unen y te arropan.

Cuando el techo es muy bajo resulta útil aumentar la distancia visual entre el suelo y el techo pintándolo en el mismo tono utilizado en las paredes (sin recurrir al clásico blanco). La técnica se conoce como "envoltura" y logra algo muy práctico: difuminar los límites físicos, al propiciar la continuidad espacial. De este modo, no se sabe dónde acaba la pared o dónde empieza o termina el techo.

¿Qué pasa con los tonos neutros? No es fácil decorar con blanco, beige o gris, ya que no decoran, solo realzan lo existente. Hay que tener cuidado ya que el resultado puede ser bastante triste si no se combina de manera adecuada.