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Animales y plantas

Cinco plantas para ahuyentar los mosquitos de casa este verano

Lo habitual es usar insecticidas y productos químicos para acabar con los molestos insectos y evitar sus picaduras, pero también hay hierbas que ayudan a mantenerlos a raya

Mosquitos en una flor silvestre.

A pesar de que la escasez de precipitaciones ha propiciado que haya menos mosquitos esta temporada, estos molestos insectos siguen vampirizándonos en las noches veraniegas.

Lo habitual para acabar con ellos es usar insecticidas y productos químicos, y así evitar las molestas picaduras que provocan, pero hay quien prefiere las cosas naturales.

Este sábado, día en que se celebra el Día Mundial de los Mosquitos -en memoria del doctor británico Sir Ronald Ross, que descubrió que los mosquitos hembra son los responsables de transmitir la enfermedad de la malaria entre los seres humanos- te damos una lista de cinco plantas que, de forma natural, ayudarán a que acabes con ellos. O, por lo menos, a que los mantengas a raya:

Citronela

De la familia de las gramíneas, la citronela es una planta oriunda de la India, que puede alcanzar una altura de 1,5 metros. Tiene gran capacidad de adaptación al ambiente y no requiere de grandes cuidados ni condiciones muy especiales, aunque no soporta bien el exceso de humedad. El olor de la citronela enmascara otros olores que son atractivos para los insectos – tanto mosquitos como moscas o avispas- y evitan que se acerquen.

Planta de citronela.

Lavándula o lavanda

De la familia de las lamiáceas, es originaria del Mediterráneo occidental. De hecho, en la antigua Grecia ya se usaba con fines curativos, aromáticos y relajantes. Alcanza una altura de 60 cm. aproximadamente y tiene una gran capacidad de adaptación puesto que se cosecha en lugares tan dispares como Francia, España, Bulgaria, Argentina, Japón o la India. Gracias a su intenso y penetrante olor, repele polillas, pulgas, moscas y mosquitos.

Lavanda.

Romero

Perteneciente a la familia lamiaceae y nativa de la región mediterránea, la planta del romero es también, como la lavanda, una vieja conocida de los antiguos griegos y romanos. Puede llegar a alcanzar una altura de hasta tres metros y repele los mosquitos y una amplia variedad de insectos nocivos para los cultivos.

Flores de romero.

Albahaca

Hierba aromática anual de la familia de las lamiáceas nativa de las regiones tropicales de África central y el sudeste asiático. Alcanza entre 30 y 45 centímetros y, al igual, que sucede con la citronela, el intenso olor que desprende es el que hace de barrera natural para que moscas y mosquitos eviten acercarse a esta hierba.

Plantas de albahaca.

Piretro

De la familia de las asteráceas y nativa de Dalmacia (Croacia), las flores piretrinas son parecidas a las margaritas, con vistosas flores blancas, rosas o rojas, y alcanzan una altura de 60 cm. Son muy efectivas contra una amplia gama de insectos, entre ellos, los mosquitos, y la principal ventaja es su baja toxicidad para los animales de sangre caliente, incluyendo al hombre. Las piretrinas atacan el sistema nervioso de todos los insectos, e inhiben a las hembras de mosquitos de picar. Cuando no están presentes en cantidades fatales para los insectos siguen funcionando como repelente contra ellos.

Flores de piretro.

Hay que tener en cuenta, no obstante, la cantidad de “monoterpenos [compuestos aromáticos que se encuentran las plantas]- que liberan y el espacio”, apunta el doctor Sergi Munné-Bosch, catedrático del Departamento de Biología Evolutiva, Ecología y Ciencias Ambientales de la Universitat de Barcelona. Es decir, especifica, “no se puede pretender poner un ramillete de lavanda en una habitación y que el mosquito no nos pique, porque lo que hará es esquivar el ramillete y picarnos igual”, señala.

Munné-Bosch concreta que la concentración y el espacio en el que se sitúe la planta tiene mucho que ver y que, por supuesto, es "mucho más efectivo ponerse directamente el repelente en la piel".

Una buena idea es hacer aceites esenciales con una de estas cinco plantas antimosquito y embadurnarse con él. Pero hay que tener en cuenta también la capacidad de adaptación de los insectos, que también evolucionan "y los mosquitos pueden acabar, a largo plazo, acostumbrándose al olor de estos repelentes", concluye el doctor en Biología.

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