Genios, visionarios, pioneros. Hace un siglo que los diseñadores de moda más importantes del mundo han adquirido en el imaginario colectivo la categoría de artistas (o de estrellas del rock, según se mire). El problema es que estos halagos y vítores siempre suelen proferirse en masculino porque, salvo honrosas excepciones, el varón blanco ha sido el líder también de la moda, un ámbito, curiosamente, dedicado a las mujeres y cuya dirección creativa (de la financiera ya ni hablamos) lleva décadas recayendo en..