- El título del nuevo disco de Nancys Rubias, Ahora o nunca, parece un lema electoral del nuevo Gobierno.

- No tiene nada que ver con la política. Lo que pasa es que llega en un momento de cambio de popularidad para las Nancys. No deja de ser una ironía de humor corrosivo y negro: pensamos que o triunfamos ahora o nos separamos para siempre. Aunque es mentira, porque seguiremos haciendo lo mismo vendamos 35.000 o 3.000 copias, que es lo que hemos vendido con los discos anteriores.

- Que el grupo sea ahora más popular es totalmente culpa suya...

- No. Son cosas coyunturales. Yo vivo de forma muy natural todo esto. Sí es cierto que a raíz del reality se nos conoce más y la gente ha descubierto a las Nancys, que han formado parte del programa porque forman parte de mi vida y que son verdaderas estrellas tanto como yo.

- ¿Y siguen enganchados al playback?

- Me sorprende que la gente aún no se haya enterado de esto. Llevo lanzando este mensaje desde que empezamos y vamos ya por el cuarto disco.

- Pero en este tiempo podrían haber aprendido unos acordes...

- No queremos aprender a tocar porque no nos interesa. Tocar es muy fácil: todo el mundo puede aprender a hacerlo. Yo me compro un curso a distancia y puedo aprender a tocar la guitarra o el piano. Pero no consideramos que para que seas dueño de tu grupo tengas que tener un dominio de los instrumentos. Y eso no significa que no controlemos todo los que hacemos en cada momento: los autores se ponen a nuestra disposición; el productor mete la guitarra donde nosotros decimos y todo así. Para tener un grupo, considero que más que dominio lo que tienes que tener es actitud y un backgruond cultural.

- Pero entenderá que haya gente que los considere un fraude.

- A mí me da exactamente igual. También hay muchos músicos que se consideran de verdad y hacen playback en sus conciertos, como Marilyn Manson. Pero a mí no me ofende. Considero que un verdadero artista no solamente es que sepa tocar, sino también el espectáculo que ofrezca.

- Cada Nancy tiene un apodo. El suyo es Nancy anoréxica. ¿No le preocupa el mensaje que lanza a las personas con problemas de peso?

- Yo soy consciente de que la anorexia es un problema mental que acaba convirtiéndose en un problema físico. Pero no porque yo abogue por la delgadez extrema y porque me sienta más sano controlar lo que como me siento responsable de la enfermedad que pueda sufrir alguien. Dejemos lo políticamente correcto a un lado, porque hace mucho daño. El día que encuentre a alguien que diga que está más a gusto siendo gordo que delgado me callaré. Pero como eso es mentira, no me siento responsable de la enfermedad de ninguna persona.

- ¿Le molesta el título de "reinas del petardeo" que le han adjudicado a las Nancys Rubias?

- No. ¿Qué es el petardeo? ¿Encender un cohete y que haga ruido? ¿Que a las Nancys nos consideran frívolas? Pues claro que sí. Considero que en la vida es muy sano ser frívolo en la justa medida. Tan malo es ser frívolo las 24 horas del día como ser intenso todo el tiempo. Una persona medianamente inteligente tiene la capacidad para ser frívola. Y las Nancys somos muy inteligentes y, por eso, también frívolas.

- ¿Qué le pediría al nuevo Gobierno?

- Lo único: que lo haga bien. Que tenga sentido común y que haga las cosas bien, que es lo que trato de hacer yo en mi día a día. El sentido común es lo que hace que la vida sea más llevadera y se consigan muchos triunfos.

- ¿Se levanta algún día con ganas de ser una persona anónima?

- No, no, no. El anonimato no me interesa. Si quiera ser anónimo no me hubiera dedicado a una profesión así. Hubiera decidido ser cerrajero, como muchos amigos que tengo que lo son, o cajera del Día, como muchas amigas cajeras que tengo y a las que nadie conoce. A mí no me importa ni me ofende la fama. Al revés, me encanta la fama como concepto, en eso soy muy Warhol.

- ¿Y le afectaría mucho perderla?

- Para nada. La fama es extra. Yo no vivo de esto. El día que desaparezca mi fama, como tengo tan establecida mi base laboral, no pasará absolutamente nada.

- ¿Culturalmente hablando, los ochenta son la mejor década que ha vivido España?

- No. Yo tampoco los viví mucho porque yo era muy pequeño. Pero creo que todas las décadas tienen cosa buenas. Y estoy convencido de que quedan muchas más por venir. Quedarse anclado en el pasado significa que no te mueves. Hay que mirar hacia adelante. Hacia el futuro.

- ¿No siente miedo de la crisis?

- Es una crisis mundial que nos ha tocado vivir, como pasó con la depresión del 29. Si vemos cómo ha sido la historia económica mundial a lo largo de los siglos entenderemos que esto no deja de ser una cosa coyuntural de la que se saldrá. Como la vida misma. Esto es una montaña rusa: sube, baja, sube y baja. Hay que adaptarse a los momentos malos y a los buenos.

- Se le ve una persona positiva...

- Por supuesto. Sin positividad estamos perdidos.