Tras su batalla mediática con Lydia Lozano, Antonio Montero ha pasado de ocupar un segundo plano en plató de 'Sálvame' a convertirse en protagonista de la semana. Eso tiene consecuencias, y es que la tortilla se daba la vuelta y eran los compañeros del fotógrafo los que aseguraban que había cambiado en los últimos meses y que algo le estaba pasando en su vida personal, apuntando su amigo Gustavo González a que no estaba bien.

Aunque Montero defendía que su límite en el programa era hablar de su vida privada, en una entrevista íntima con Jorge Javier Vázquez ha terminado desvelando un problema de salud que le ha tenido inquieto en los últimos meses. "Hace unos meses estaba en la playa, echándome crema en la pierna y me toque algo duro pero se me olvidó. A la semana siguiente me vuelvo a dar crema y veo que eso sigue ahí, pero le di tan poca importancia que esto era en junio y hasta que no vine en septiembre a Madrid no fui al médico", comenzaba desvelando el veterano paparazzi. "Me lo vio un médico de urgencias, me examinó y en una resonancia me dicen que no identifican lo que es y me mandan a hacer un TAC. Luego en septiembre me quitaron el bulto, que era como una pelota de tenis metido dentro del muslo", continúa.

"Me operaron y seguí viniendo al programa igual, y a los 15 días fui a quitarme los puntos y me encontré al director del hospital y a un oncólogo y pensé 'reunión de pastores, oveja muerta'. Me dijeron que esto es una cosa chunga, es malo, pero que lo que me han quitado estaba bastante hermético pero que tenían que quitarme el músculo entero, que atraviesa la rodilla hasta la cadera. Me lo quitaron a los quince días", asegura con normalidad. "Es un tipo de tumor extraño y hay que controlarlo, me han hecho las pruebas y el viernes me dicen qué tal estoy. El problema es que puede dar reflejos en otras partes del cuerpo pero en mi caso creo que no", ha explicado Montero.

A pesar de la dureza de la noticia, Antonio se ha mostrado muy positivo en todo momento y ha desvelado que su fe le está ayudando muchísimo a sobrellevar esta enfermedad y que en ningún momento quiere ser una víctima: "Si la tengo que palmar la palmo, yo no estaba nada preocupado e incluso animaba a los médicos", bromeaba el colaborador. "No es agradable, pero no he tenido en ningún momento temor de nada y venía de la radioterapia aquí", ha continuado asegurando Montero, que en varias ocasiones hacía referencia a sus creencias: "Mi fe es total y tengo una vida que es la pera y la he exprimido", sentenciaba. Sin embargo, sí que ha desvelado que Marisa Martín-Blázquez ha estado un poco más preocupada por su estado

Un testimonio y una forma de afrontar la enfermedad que ha sorprendido a todos sus compañeros, que no han dudado en transmitirle todo su cariño y fortaleza, incluido Lydia Lozano.