El rapero Kanye West ha entrado de lleno en la política, aspirando, nada más y nada menos, que a suceder a Donald Trump en la presidencia de Estados Unidos. Por esto se presenta como candidato independiente, y para ello se ha puesto manos a la obra ipsofacto.

Ayer domingo 19 de julio, el marido de Kim Kardashian celebró su primer mitin y lo hizo en el estado de Carolina del Sur. Con un chaleco antibalas, que rezaba la palabra 'seguridad', y luciendo el número 2020 en la cabeza, se estrenó en estos lares cuestionando el papel histórico de la abolicionista Harriet Tubman y hablando del aborto. Un discurso que terminó con unas desoladoras palabras: "Mi mamá me salvó la vida. No hubiera habido Kanye West, porque mi papá estaba demasiado ocupado", y que culminó, después de pronunciarlas, rompiendo a llorar. Empatizando de esta manera con la mayoría del público que asistió a ver el estreno del periplo político del marido de Kim Kardashian.

La nota peculiar, un común denominador en cualquier aparición pública que realice el matrimonio West- Kardashian, fue cuando propuso premiar con un millón de dólares a quienes tengan un bebé. Un discurso, con el que consiguió meterse en el bolsillo a sus seguidores y con el que ha irrumpido por la puerta grande en esta nueva andadura.