Una vez que el curso escolar ha empezado, Paloma Cuevas ha retomado su rutina en la capital después de seis meses alejada de la presión mediática en la finca "La Cetrina", en Jaén.

Volcada completamente en el cuidado de sus hijas Paloma y Bianca -lo más importante para ella tras su sorprendente separación de Enrique Ponce- se ha podido ver a la empresaria regresando a su casa tras llevar a las pequeñas al colegio.

Paloma Cuevas está evitando al máximo dejarse ver y apenas sale de su domicilio en el madrileño barrio de Moncloa, pero intenta que sus hijas continúen su día a día con la máxima normalidad posible. Por ello, no duda en acompañar cada mañana a las niñas a su centro escolar.

Muy seria, con gafas de sol y la mascarilla reglamentaria por el Covid, la socialité ha llegado a su casa cabizbaja. Vestía un vaporoso vestido de manga larga blanca con estampados en tonos azules. La ex mujer de Enrique Ponce prefiere mantener su silencio.

Cuevas evita hablar de cómo es su relación con Ponce en estos momentos ni tampoco se pronuncia sobre qué le parece la exposición mediática que está haciendo el torero con su joven amor, Ana Soria, 27 años menor que él.