Estas son las semanas de la vuelta al cole y no es nada extraño que los más pequeños, o los que llegan a los centros de infantil por primera vez, lloren desconsoladamente cuando alguno de sus padres lo deja con los maestros. La estampa es tan habitual como descorazonadora. Y por supuesto, los progenitores se van del lugar con la lágrima asomando.

Precisamente sobre este tema se ha abierto un encarnizado debate en las redes sociales.

Todo ha comenzado cuando la psicóloga perinatal, Paola Roig, ha publicado en su perfil de Instagram un mensaje claro: "Dejar a nuestras criaturas llorando el primer día de escuela no es normal". Y lo acompaña con un discurso en contra de algo que la gran mayoría de padres se ve obligado a hacer: dejar a sus bebés con apenas seis meses en las escuelas. Eso quienes no tienen la fortuna de poder pagar a alguien que los cuide o contar con unos abnegados abuelos que cuidarán de las criaturas casi todo el día. Por cierto, poco se habla del síndrome de los 'abuelos esclavos' que deben adaptar su vida a la de sus nietos.

Roig critica que mientras se han superado prácticas como el método Estivill para que las criaturas duerman solas, "el primer día de escuela se vuelve a la mano dura. Al deja que llore y vete sin mirar atrás. Que es parte del proceso. Deja que llore, si en tres días se le pasa. Déjalo llorando, que luego seguro que estará bien". Lo que subyace tras todo esto es, ni más ni menos, la imposibilidad de conciliarHorarios eternos y partidos, salarios precarios que no permiten contratar a un cuidador y el castigo a la maternidad (una de cada cinco mujeres pierden sus trabajos tras ser madres) son algunos de las claves que impiden a la mayoría llevar a cabo una adaptación progresiva.

Precisamente a este post ha contestado la actriz canaria Sara Sálamo: "Cien por cien de acuerdo. Mi hijo de dos años sigue sin ir a la escuela porque se dio esta situación y, para mí, era insostenible que pasara por algo así".

Pero ha sido el único argumento. La propia canaria ha publicado su motivación para que su hijo mayo fruto de su relación con el futbolista Isco Alarcón no vaya al colegio con dos años.

"No estoy preparada para desaparecer de tu vista y que pases una, dos o seis horas llorando esperando a ver si vuelvo. No. No estoy criticando a las familias que se ven sometidas a tener que hacerlo. No. No estoy de acuerdo en que “lo que hemos hecho siempre” es lo que está bien".

Eso sí, ha querido dejar claro que habla desde su postura privilegiada: "Es una obviedad que hablo desde un lugar de privilegio. Dónde soy una mujer blanca, heterosexual y europea que puedo llevar a mis hijos conmigo al trabajo o contratar a alguien para que cuide de ellos en casa", pero la actriz natural de Tenerife considera que es necesario abrir debate.

Las respuestas no se han hecho esperar: "Ufff que complicada tu exposición desde tu zona de privilegios..." decía una; "Tonterías! El niño no está mejor yendo al trabajo contigo, está mejor en un sitio adaptado a él, jugando, con más niños y aprendiendo. Si llora son 5 minutos y la adaptación 2 días", decía otra,

Aunque también han habido posturas en la misma línea que Sálamo: "No puedo estar más de acuerdo contigo. Mi hijo feliz desde el primer día de cole, pero no todos son así", "Totalmente cierto! Gracias Sara por dar visibilidad".

Críticas a su postura

Por supuesto Sálamo no ha dejado de contemplar los previsibles comentarios que saldrían tras su post: "No pienso que validar los sentimientos de mis hijos les convertirá en unos malcriados". ¿Esto es así?, ¿esto se ha hecho toda la vida y no 'hemos salido tan mal'?

Se abre debate.