La nueva vida de la canaria Joana Sanz tras confirmarse que Dani Alves seguirá en prisión
La isleña está sufriendo mucho por todo lo que está ocurriendo con su marido, y ella misma lo demuestra en sus redes sociales, que se han vuelto un canal para desahogarse de lo que está sintiendo
El futbolista Dani Alves está en la cárcel desde hace un mes acusado de violar presuntamente a una chica en una discoteca de Barcelona el pasado 30 de diciembre.
Este martes 21 de febrero, la Audiencia de Barcelona decidió que el brasileño permaneciera en prisión preventiva. El futbolista, acusado de presuntamente violar a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona el pasado 30 de diciembre, puede permanecer encerrado un máximo de 2 años a la espera de que se lleve a cabo el juicio. La justicia estima elevado el riesgo de fuga del jugador, entre otros aspectos, para denegarle la libertad.
Con este nuevo horizonte para Alves confirmado, su esposa, Joana Sanz ha anunciado en su cuenta oficial de Instagram que deja España por unos días para trabajar. "Moviendo mi culo a otro país. Preparada para los próximos 11 días de trabajo", ha escrito en una imagen que ha compartido desde el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat.
El trabajo está siendo su mejor forma de desconectar de un año donde está sufriendo el 'caso Alves' y la pérdida de su madre.
No cabe duda de que la tinerfeña está sufriendo mucho por todo lo que está ocurriendo con Alves, y ella misma lo demuestra en sus redes sociales, que se han vuelto un canal para desahogarse de lo que está sintiendo. “Y llorar está bien también. No repriman sentimientos, todos son fundamentales. Somos humanos. Sácalo, desahógalo, recoge los pedazos rotos y vuelve a unirlos. Mañana es otro día”, escribía en Instagram.
Asimismo, ha acompañado sus palabras también con una captura de un artículo de la revista Mujer.es, en el que se defiende su actitud ante la prensa.
“Imaginemos por un momento que ella somos una de nosotras, y que nuestra pareja se encuentra en la misma situación que la suya. Con el agravante de que ella no tiene un trabajo discreto, con poca exposición y que te permita llevar el drama con calma y pausa. Se me hace bola pensar en mantener la sonrisa y contestar con la educación que ella lo hizo a los periodistas: “Estoy bien, de vuelta al trabajo y enfocándome”, expone el artículo.
“Deberíamos dejarla respirar, dejar que se enfoque sin enfocarla nosotros. Si vuelve al trabajo, retoma campañas y desfiles, contémoslo, pero no hay necesidad de preguntarle (mientras la grabas) a una mujer, cuyo marido está en la cárcel por un presunto delito de violación, que cómo está”, concluye.
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