Un libro "bomba"

'Venganza' o cómo despellejar a Meghan Markle en 440 páginas

Se publica en español la biografía no autorizada de Tom Bower sobre la duquesa de Sussex, en la que da voz a sus "víctimas": padre, hermanos, amigas, primer marido, novios y empleados de Buckingham

Meghan Markle es la protagonista del libro ’Venganza’ de Tom Bower.

Meghan Markle es la protagonista del libro ’Venganza’ de Tom Bower.

Laura Estirado

Estamos acostumbrados a conocer al minuto las andanzas de la pareja más polémica de toda la realeza europea, el príncipe Enrique y su mujer, Meghan Markle. Son, por méritos propios, los más escandalosos de todos los 'primos reales', antes y después de su huida del Reino Unido y establecimiento en la mansión de 14 millones de Montecito (California), donde hoy viven con sus hijos, Archie y Lilibet. Nos han contado sus vidas en Spotify, en una serie en Netflixconferencias, revistas, cuentos, Instagram y en una incendiaria entrevista con Oprah Winfrey en un bucólico jardín... donde volcaron su ira contra la casa real británica, por "racista", y contra el acoso de los tabloides.

Pero esa es solo la versión de los duques de Sussex, que ahora impugna punto por punto Tom Bower, el reputado autor de otras biografías famosas, como la de Tony Blair o Boris Johnson, y del propio Carlos III, y obras cuyos protagonistas, controvertidos magnates como Richard Branson, han tratado de evitar, inútilmente, que vieran la luz.

'Venganza: Meghan, Harry y la guerra de los Windsor', la asombrosa historia de amor, traición, secretos y revancha que hay detrás de esta pareja, se publica ahora en castellano en Indicios, tras alcanzar el número 1 de la lista de 'best-sellers' del 'Sunday Times' y ser definida por los tabloides como "una bomba" cuando se publicó en inglés el pasado julio.

"Activista fracasada"

Acudiendo a decenas de fuentes, o "víctimas", como las define el periodista, de 75 años, surge el retrato de más 400 páginas de una "Meghan Markle que pasó de ser una actriz menor y una activista fracasada, a ser una mujer lo suficientemente poderosa como para abrir una brecha dentro de la familia real británica".

De las 25 obras que ha escrito, asegura Bower que esta "destaca por el número de personas que me pidieron no ser nombrados". Temor a vérselas con una mujer "explosiva", "impredecible", "manipuladora", "narcisista" y "calculadora" que tras el 'Megxit', "ya no tiene que acordarse de cruzar las piernas al sentarse", señala el autor. No han tenido pelos en la lengua, en cambio, otros muchos, como el padre de la homenajeada, Thomas Markle, que costeó su crianza y estudios, y le abrió las puertas de todos los sets de la ABC, pero que ella repudió; ni la que fuera su mejor amiga y dama de honor en su primera boda, Nikki Priddy, ni su primer esposo, Trevor Engelson, o el personal de Buckingham que conoció sus modos de tirana.

'The Rules', manual de buscona

Nikki Priddy, su máxima confidente hasta que emparentó con el 'star system' de Hollywood y de la realeza, cuenta que con 13 años Meghan se aprendió de memoria pasajes enteros de 'The Rules', un manual para "cazar y controlar" al "hombre correcto", sobre todo si es rico y poderoso. El tomo reposó en su mesita de noche mientras estudió en la universidad de Chicago.

'Suits', 'The Tig' y una boda

Tras dar con un productor de cine "con buenos contactos", Trevor Engelson, se instaló en su casa del West Hollywood, y aceptó casarse con él en una boda por el rito judío en Jamaica, en 2011. Después de ser rechazada en numerosos 'castings', pues "carecía de carisma" ni "magia en pantalla", consiguió su máximo papel en la pantalla en la serie 'Suits', que se grababa en Toronto. Allí olvidó a su marido, le devolvió el anillo de casada por FedEx, y se empleó en copiar a otras famosas como Emma Watson que despuntaban como 'influencers' con causa. Abrió una página de vida y estilo, 'The Tig', "se construyó un perfil de estrella", y consiguió que le presentaran a Ivanka Trump.

La captura

Aunque le dijo a Oprah que buscó quién era el príncipe Enrique en Google cuando quedaron en su primera cita a ciegas, Bower relata el viaje a Europa de Meghan con la familia de su amiga Priddy en 1996, y sus fotos ante Buckingham. Un año después, las dos lloraron viendo en la tele a Enrique y Guillermo en el funeral de Diana. Mucho después, en 2016, acudió a Wimbledon para dar con Violet Von Westenholz, hija de unos amigos íntimos de Carlos de Inglaterra. Ella fue la que le concertaría una cita para tomar una copa con el príncipe. "Como había investigado cuidadosamente la vida de Harry, Meghan sabía exactamente cómo hacerle sentir querido y apreciado". Por entonces ella aún vivía con su novio, el chef Cory Vitiello.

Meghan, con su novio el chef Cory Vitiello, en 2016.

Meghan, con su novio el chef Cory Vitiello, en 2016.

El cuento de Procter & Gamble

Fue trascender el noviazgo y lograr lo que todo aspirante a Hollywood sueña: ser portada de 'Vanity Fair'. Meghan aprovechó la autopromoción para incidir en su perfil activista desde niña: el famoso "cuento" de Procter & Gamble. Sin embargo, 'Vanity Fair' no publicó aquella historia porque no pudo verificarla. "Las mujeres de toda América luchan contra las ollas y sartenes grasientas", decía el espot de uno de sus detergentes. Indignada, a sus 11 años, escribió "¿Por qué no los hombres?", en una carta al presidente de la compañía y a la primera dama Hillary Clinton. Nadie le respondió, pero su padre, con su contactos televisivos, logró que la historia y Meghan ocuparan un reportaje del canal Nickelodeon. Aunque sabía que no habían leído su carta, Thomas le hizo creer a su hija que el eslogan se cambió gracias a ella.

Las lágrimas de Kate

Bower describe cómo cuando Meghan se instaló en palacio empezó a escribir a Chanel, Dior, Armani o Givenchy para pedirles que le "legaran" bolsos y accesorios, y a mandar correos a las cinco de la mañana intimidando al personal. "Lo que Meghan quiere, Meghan lo consigue", les avisó Enrique. Kate, molesta con estos comportamientos, explotó en lágrimas en una discusión con Meghan por el largo del vestido de las niñas que serían sus damas, entre ellas, su hija Carlota, a la que machacó con comentarios poco favorecedores.

Retrato familiar el día de la boda de los duques de Sussex, 21 de mayo de 2018. Sentada, a la derecha, con su hija Carlota en las rodillas, Kate Middleton tuvo que transigir con el largo del vestido de las niñas que quiso Meghan, en contra del protocolo.

Retrato familiar el día de la boda de los duques de Sussex, 21 de mayo de 2018. Sentada, a la derecha, con su hija Carlota en las rodillas, Kate Middleton tuvo que transigir con el largo del vestido de las niñas que quiso Meghan, en contra del protocolo.

Harta de palacio y los Beckham

Meghan quería una boda real distinta, al estilo Hollywood. Invitó a Elton John, Serena Williams, George y Amal Clooney, Oprah Winfrey y los Beckham. Todo bien, hasta que la prensa empezó a criticar a los Sussex por algunas de sus contradicciones, como acudir a conferencias y expresar sus opiniones políticas, algo vetado para los miembros de la realeza o apoyar la ecología y después volar en 'jet' privado. Meghan, que ya había roto con su propia familia, acusó a Victoria Beckham y a la familia real de las filtraciones a los tabloides, y animó a Enrique a largarse de allí. Al otro lado del charco la esperaba su amiga Oprah y un plató fenomenal donde escenificar su venganza.

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