A los 37 años, Nieves Álvarez sigue ejerciendo, aunque de forma esporádica, la profesión que la hizo famosa. Felizmente casada y con tres hijos, está encaminando su futuro laboral hacia el diseño de ropa infantil.

¿Suelen echarle piropos cuando va por la calle?

Sí, a veces me dicen cosas, pero le sorprenderá saber que lo hacen más las mujeres que los hombres. Y sobre todo niñas, incluso de 9 o 10 años, que me han visto en alguna revista o en la tele.

La carrera de modelo suele ser corta, ¿alguna vez le ha dado miedo el futuro?

Yolanda Gil, una colega que me enseñó a desfilar en el pasillo de su casa, siempre me decía que la modelo tiene que prepararse para cuando el teléfono deje de sonar. Me lo metió de tal forma en la cabeza que empecé a hacerlo cuando tenía 20 años.

Pero sigue siendo modelo. ¿Se la verá alguna vez en una pantalla grande?

Nunca me ha llamado la atención lo del cine, le tengo demasiado respeto y lo considero muy difícil.

No diga que nunca le han ofrecido un papel.

Sí, una vez me hicieron una propuesta en Nueva York, pero la rechacé porque era para hacer de modelo tonta. Y tuve otra muy bonita, pero era de protagonista y me pareció imposible hacerlo bien sin haber estado antes frente a una cámara.

Usted ha nacido y vive en Madrid, ¿la cambiaría por ... ?

Ningún sitio. Me encanta.

¿Y si no tuviera más remedio?

Sin duda, París, aunque para trabajar prefiero Nueva York.

¿Es más de tecnología o de lápiz y papel?

Me gusta la tecnología, pero todo lo apunto antes en un papel.

¿Su diseñador favorito?

Gianbattista Valli, me hizo el traje de novia. Su gran momento de triunfo está por llegar.

¿Vacaciones ideales?

Me conformo con estar con mi familia, en cualquier parte.

¿Y si lo dice con la boca pequeña?

Me muero por hacer una escapada a alguna playa de Bali con mi marido, solos los dos, que ya ni recuerdo el tiempo que hace que no nos vamos sin los niños.

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