Este valenciano de la cosecha de 1950 es un nombre ligado a la creatividad y conocido en todo el mundo como padre de Cobi, la mascota de Barcelona´92, la más rentable de los Juegos Olímpicos. Diseña muebles, carteles, ha participado en el interiorismo de hoteles y llegó a pisar la alfombra roja de Hollywood con su película de animación Chico & Rita, junto a Fernando Trueba.

Antes de sentarse, Javier Mariscalbusca un bloc y un rotulador. Es un tic creativo que siempre le acompaña y que últimamente está cambiando de soporte. Ahora le entusiasma dibujar con los dedos sobre el iPad y el iPhone: "Es instantáneo, rápido, divertido y te permite enviar dibujos o vídeos a mucha gente a la vez".

Mariscal empieza a dibujar, y mientras traza una letra E, explica que no quiere caer en el tópico ni generalizar. "Pero sí que hay - cree - una diferencia bestial (entre hombres y mujeres). Lo veo en mis dos hijos gemelos, que tienen 10 años, ella es muy mujer y él es muy hombre, desde que nacieron. No es que el niño no tenga una gran sensibilidad, pero es más sencillo. A él le pides un beso y te dice: ´Ay, déjame´, o te lo da y ya está. Ella tiene un discurso complejo: ´No, que pinchas´... o ´te lo doy, pero te afeitas después´, o ´me has dicho que no fumarías y hueles a humo´".

Por el estudio de Mariscal camina a trompicones Galo, su nieto, que hace poco ha empezado a andar, y que trata de captar su atención a toda costa. Es inevitable que la conversación derive hacia la maternidad y paternidad. "Los hijos siempre son de las madres. Cuando nacen, te quedas como una hormiguita. Ellas crean la vida. ¡Es alucinante! Son seres superiores.

Todos deberíamos, como yo, "llevar el apellido de la madre", aunque reconoce que "también hay un instinto paternal fuerte; yo lo he sentido incluso con niños que no eran mis hijos".

A este hijo de la movida de los 70 y los 80 le "emociona" cómo se arreglan las mujeres. "Escoger la ropa, los complementos, es un regalo a los demás. Y ellas se arriesgan más. En los Oscar, impresionaban con aquellos escotes y aquellas rajas. Los hombres son más rígidos, siempre con trajes y corbatas. Sobre todo los señores importantes, que visten de forma horripilante y aburrida", dice. Esto lo relaciona con que las mujeres siempre tratan de hacer el entorno más agradable: "He vivido con chicos, con chicas, y con chicos y chicas. Aunque sea un topicazo, a ellas les sale de natural poner flores o un mantel especial. Entre chicos, el ambiente cotidiano suele ser más rudo, de mínimos".

El diseñador ha acabado de perfilar la E y empieza a trazar una L. Son letras mayúsculas, de tipografía clásica, alineadas, muy diferentes de su reconocible caligrafía de trazos sueltos. ¿Influencia de los carteles de los años 50 que tan bien reproduce en Chico & Rita?. Esta película, que ganó un Goya y fue nominada a los Oscar, le tuvo ocupado siete años. En la cinta, Rita, una voluptuosa cantante en perpetuo desencuentro con Chico, su enamorado, dice una frase de desengaño: "A mí, el futuro no me ha dado nada, tengo puestas todas mi esperanzas en el pasado". Mariscal no se reconoce en estas palabras, que "son muy cubanas". "Chico es el que mete la pata, pero ella lo rechaza cuando vuelve. Los desencuentros siempre son por falta de diálogo y exceso de orgullo".

Defiende que hay que "quererse a uno mismo, si no, nunca vas a poder amar a los demás", pero le causan perplejidad las mujeres que en el bolero de la seducción someten al varón a una auténtica prueba de obstáculos, "aquellas que te dicen, ´mira si no das dos volteretas, me invitas al cine, subes al Everest y bajas, vas mal´. Es un arma muy femenina". Pero ¡ay! si la rechazas, "se queda realmente hecha polvo; al hombre siempre le queda el recurso de decir que es una estrecha".

La capacidad de las mujeres para reírse y las redes de apoyo que saben crear son puntos a su favor muy envidiables, opina Mariscal.

"Los hombres compiten desde las cavernas". Mariscal reflexiona sobre la teoría de la evolución, el big bang, las sufragistas, los estudios decimonónicos sobre el tamaño del cerebro femenino...Y reconoce que está llevando su tiempo "reconocer que sólo nos diferencia el aparato reproductor, pero en esencia somos lo mismo".

Acaba la charla y en el cuaderno aparecen tres gruesas letras en negro: ELL y una A que empieza a perfilarse...