La periodista y escritora Ana García-Siñeriz (Oviedo, 1965) dio luz a principios de siglo un libro inspirado en su experiencia con el embarazo y la maternidad. Esa obra tiene ahora un hermano: "Nueve meses y un día" o "todo lo que necesitas saber (de verdad) sobre el embarazo y la maternidad".

Su hermana Carolina es autora de las ilustraciones. Madre de dos hijos, un varón nacido en 1998 y una chica nacida en 2000, es autora de la colección de libros infantiles "La Banda de Zoé".

¿Cómo nace este libro y (de verdad) por qué renace?

Nace a la vez que mi segunda hija y renace unos años después, cuando decidimos hacerlo como me hubiera gustado hacerlo la primera vez (es lo que tiene la experiencia) Ahora tiene ilustraciones maravillosas con un cierto sentido del humor, cantos redondeados, una maquetación más útil que facilita la consulta y hasta un punto de lectura en forma de cintita roja. Y lo más importante: he conseguido quitar mi foto de la cubierta.

El título recuerda a una condena de cárcel ¿un embarazo tiene algo de eso?

Un poco sí, y a la vez no. Es una licencia humorística, porque procuro no tomarme ni a mí ni muchas otras cosas demasiado en serio. La mística sobre la maternidad me carga un poco, aunque algo hay de cierto. Yo pasé unos embarazos muy malos (los primeros cuatro meses) y muy buenos, (los últimos cuatro) porque hasta en eso estuvieron fifty-fifty (duraron ocho meses en vez de nueve).

¿Las náuseas del primer trimestre unen mucho a las futuras madres?

No más que a los tíos con una resaca monumental; y es la misma sensación, sólo que todo el día. Francamente, que no venga nadie a decirme que es algo psicológico.

¿También le cambió la vida?

Sí, como a todas. Ya sabes, el rollo de las famosas que parece que son ellas las primeras que han tenido un hijo en esta tierra. Pero es que es verdad. Ahora no me imagino la vida sin ellos, pero entiendo que se puede vivir muy bien sin ser madre ni padre.

¿Qué tiene su libro que no tengan los cientos de libros publicados sobre el tema?

¡Que es mucho más bonito! A mí me encantan los libros; y los libros que son un placer al tacto y a la vista, más. Este libro es femenino, cuidado, divertido y útil. A ver quién da más.

¿Qué es más difícil, dar a luz un libro o a un niño?

Mi media es de dos años para una novela frente a los nueve (en mi caso, ocho) meses de embarazo. Lo que pasa es que cuando te dan al niño es cuando empieza verdaderamente la fiesta, en todos los sentidos. Tendré que escribir otro que se llame 'Cadena perpetua' Se entiende que es una broma, ¿verdad? Además, el título ya lo tiene una estupenda película.

Verdad. ¿Qué es lo que la hizo papilla durante el embarazo?

Esa extraña sensación, desde que te levantas hasta que te acuestas, mezcla de mareo, vértigo y náusea que ni Sartre o Bradley Cooper en "Resacón en Las Vegas". Ahora, lo mismo digo una cosa que otra. Apareció una mañana, sin avisar y, exactamente igual, desapareció.

¿Cómo concilió trabajo y embarazo?

Como todas, como pude. El embarazo no lo veo tan difícil de compaginar; al fin y al cabo, si es un embarazo normal, no estás enferma, sólo embarazada. Lo que es más complicado es desde que te incorporas a la vida laboral hasta que tus hijos se van de casa (que, desgraciadamente, cada día ocurre más tarde, o nunca).

¿Qué hacer con un padre que intenta escaquearse?

Recordarle sus obligaciones. Afortunadamente, creo que los padres escaqueadores son conscientes de que son una especie en vías de extinción.

¿Descubrió que los días pueden tener más de 24 horas?

Ahora también ¿eh?

¿Cómo se lleva mirarse al espejo y ver los cambios en el cuerpo?

Yo lo llevo bastante bien. Estamos siempre en pleno cambio. Hay que aceptarlos

y vivirlos de la mejor manera posible. Procurar ser en cada etapa una embarazada con buena pinta, una mujer joven con buena pinta, una abuela con buena pinta.

¿Un segundo embarazo siempre se lleva mejor que el primero?

O no. Porque ya nos lo sabemos. Y falta un poco la expectación y el misterio del primero; pero es cierto que se dejan atrás muchas angustias, dudas y miedos.

¿Recuerda la primera patadita?

La primera, no. Alguna tengo mala memoria para casi todo.

¿Le habló al bebé durante el embarazo?

No, la verdad. Ni le ponía a Bach ni tampoco hice muchas otras cosas de otros manuales.

Como escritora, ¿cómo definiría el momento en que le dan a la criatura?

-En mi caso, aterrador. Con esa enorme presión que supone tener que alimentar a otro ser humano, de un producto que hasta ese momento, ni siquiera sabías si ibas a ser capaz de producir. Y luego, maravilloso, cuando lo consigues.

¿Se hizo adicta a los potitos contra el ardor de estómago? ¿Le costó dejarlos?

Mucho. Me sentaban de maravilla. Todavía me gustan, hay algunos buenísimos.

¿Se libró de la depresión posparto?

Algo me tocó. Y también de eso hablo en el libro. No es todo de color de rosa ni azul celeste en los nidos de lasmaternidades. Hay pasillos llenos de señoras en bata y cara muy triste, cuando se supone que tendrían que estar muy alegres. Cada uno lo vive a su manera, no hay dos iguales.

¿Se cumplieron sus expectativas sobre el sexo de los hijos?

No tenía ninguna; quizá con la segunda, que ya me hacía ilusión que fuera una niña (a pesar de que odio el concepto de "la parejita"; no digamos ya con perro, nevera y todo lo demás).

¿Se considera una madre de manual? ¿Qué errores corregiría si volviera atrás?

Soy una madre muy desastre. La verdad, la teoría me la sé muy bien; eso no quiere decir que la ponga en práctica. Quizá la única vez que he sido más metódica y responsable haya sido durante los embarazos. Y corregiría muchas cosas, pero incluso haciéndolo como he podido, no me ha ido tan mal.

¿Cuál era su antojo favorito?

Los perritos calientes con mucha mostaza (de vez en cuando, todavía me da por ahí).

Cuénteme su batallita del parto.

No, no, que es muy estresante y además privada. Todas tenemos una y mejor guardárnosla, que, en general, son muy aburridas para los otros; y para los hijos, muy embarazoso.

¿Cómo sería Ana García Siñeriz de no haber sido madre?

Una viajera empedernida; probablemente ahora viviría en otro continente. Son los hijos, o la idea que tenemos de lo que tenemos que proporcionarles, lo que nos ata más que las hipotecas.

¿Los gases del bebé le dieron muchas noches en blanco?

No. Yo dormía como un tronco y tuve mucha suerte con niños que me dejaron seguir con mis buenos hábitos.

¿Qué es lo que más echa de menos de los primeros tiempos como madre?

La enorme felicidad que me proporcionaba ver todo el amor de mis hijos a través de sus ojos inocentes. Para ellos era la mejor del mundo...