Aunque tuvo una larga carrera antes y probablemente la tendrá después, su nombre irá ligado al del cínico doctor House, que le ha encumbrado en televisión durante ocho años. A sus 53 años, James Hugh Calum Laurie triunfa con su banda de jazz y estrena la comedia 'La hija de mi mejor amigo'

¿Existe la vida después de House?

Por supuesto. Afortunadamente, yo tengo un cerebro muy pequeño y por eso nunca he planificado nada en mi vida. Me dejo llevar por el día a día, nunca me ha preocupado el futuro ni la muerte. No sé por qué soy así, quizás me falte un tornillo. Es inevitable que la gente piense en House cuando me vea. No me arrepiento, ha sido la mejor oportunidad de mi carrera. No me he sentido atrapado por el personaje; si era una prisión, no podía ser más cómoda.

¿Rodó La hija de mi mejor amigo antes de acabar con House?

Sí, durante el descanso entre la sexta temporada y la séptima. No pude resistirme: el guión era estupendo, divertido y conmovedor, sobre un romance inapropiado entre un cincuentón y una chica de 20 años. Por si no lo imaginaba, yo hago del cincuentón, y espero que a la audiencia le parezca tan tierna y romántica como a mí.

¿Ahora encarna a un personaje tierno?

Sé que a mucha gente le horrorizará. Ese fue un riesgo que corrimos y a la vez un componente atractivo. El filme tiene una inocencia genuina e, increíblemente, mi personaje es el más inocente.

¿Qué tal la gira con su banda de jazz?

Muy bien, aunque al principio estaba aterrorizado. Es lo más escalofriante que he hecho en mi vida, y eso incluye saltar en paracaídas, que me dio muchísimo miedo. El primer show fue en Hamburgo. Yo había tocado alguna vez antes en público, un par de canciones aquí, otro par allá, pero antes de salir al escenario me di cuenta de que íbamos a tener que tocar durante dos horas. Llegué a pensar que si hacía sonar la alarma de incendios podíamos escapar de allí. Por suerte, una vez comienzas a tocar, la música adquiere vida propia. Disfruté mucho, aunque en mi segundo concierto volví a sentir el mismo pánico.

¿Le da miedo envejecer? ¿Se haría retoques?

En absoluto. No siento presión por verme más joven aunque en algún momento dudé, porque en la tele norteamericana se fijan sobre todo en la audiencia de 18 a 49 años. Y cuando dejas de pertenecer a ese grupo, comienzas a preocuparte.

De todos modos, no creo que interese más la edad de un actor que su talento. No trato de consolarme. Estoy seguro de que a mis hijos les encanta ver a Gene Hackman, a sus 80 años.

¿Cómo impactó en su familia su traslado a Los Ángeles mientras duró House?

Nunca se mudaron del todo. Mis dos hijos mayores van a la universidad, así que pasábamos bastante tiempo en los aviones de aquí para allá.

¿Qué clase de zapatos le gustan?

Suelo usar botas porque paso mucho tiempo en moto, y es lo mejor si no quieres quedarte sin tobillos.

Además, no soy bueno limpiando zapatos. Mi padre sí lo sabía hacer. Su generación sabía cómo cuidar las cosas. Si se compraban un par de zapatos querían que les duraran diez años y no dos. Claro que entonces los zapatos duraban, y hoy se desarman a los pocos meses. ¿A quién le interesa fabricar zapatos que duren veinte años? En fi n, me escucho mientras hablo y me doy cuenta de que me he hecho viejo...