-Teniendo en cuenta lo agitada que está la actualidad política de este país, ¿tiene que renovar su espectáculo en cada actuación?

-Efectivamente. Y ahí radica parte de la dificultad de este 'Yes, we Spain is different'. Tenemos un trabajo de actualización diaria, semanal y local. Lo de local lo digo porque, allí dónde vamos, personalizamos mucho los temas. Creo que la gente siente mucho más cercano el humor si se trata de temas próximos. Y eso dota aún de mayor comicidad a la trama

-¿Quién cobra más protagonismo en el montaje?, ¿Ana Mato o Iñaki Urdangarin?

Pues yo diría que, tal y como están las cosas, vamos a la par... La función parte de una base muy surrealista pero, desgraciadamente, cada vez más real, a partir de dónde se erige una historia en la que hay protagonistas de todos los ámbitos. No solo hay políticos, también aparecen estrellas de la televisión, del mundo social y cultural...

-¿Cuántas imitaciones realiza en total?

-100. Ese fue el objetivo desde el principio. En 2011, cuando arrancamos Yes, We Spain lo hicimos con unos 70 personajes. Ya de por sí la actualidad nos reclamaba ir introduciendo cada vez nuevos y más variadas voces... Llegar a 100 era casi un reto personal para mí. ¡Y lo logré!

-¿Tras un espectáculo de estas características, sufre crisis de identidad?

-Es duro, no lo voy a negar. Son 90 minutos solo en un escenario, transformándome en 100 personajes que no hablan en forma de monólogo, sino que interactúan, dialogan, son protagonistas de tramas concretas y deben llevar adelante el peso de una función... Además, hay números musicales y coreografiados... Me hidrato mucho, tengo una estricta preparación física y personal y, los días de doble función, procuro descansar mucho antes y después y dormir lo necesario.

-Tal y como está todo, ¿es mejor reír que llorar?

-Absolutamente. No se puede imaginar la gente que me agradece el rato que les hemos hecho pasar. Es uno de mis mayores orgullos. Que al salir del espectáculo el público se me acerque y me den las gracias. Me comentan que, durante una hora y media, se han olvidado de sus problemas diarios, de sus complicadas vidas... Creo que son necesarias pequeñas dosis de oxígeno en un ambiente tan y tan cargado de crisis, de corrupción y mal rollo en general.

-¿Ha habido algún famoso que se haya enfadado con usted tras verse imitado?

-No, para nada. Por suerte nunca he tenido problemas en ese sentido. También te diré que me gusta ser respetuoso cuando hago mis imitaciones. Creo que el humor tiene un límite y creo que no es necesario caer en el mal gusto ni herir a nadie para hacer reír.

-¿Cree que, tal y como pronosticó el primo de Bush, España acabará siendo una república?

-Todo podría ser! No corren buenos tiempos para nadie... Ni para la Casa Real que hasta ahora parecía intocable e inmune a todo...

-¿Cuál ha sido la imitación que más alegrías le ha dado? ¿Y la que menos?

-Todas, en su momento, han tenido su sentido y su razón de ser. Evidentemente, en Crónicas marcianas, donde cada día había que pegarse a la actualidad para hacer crítica de ella, surgieron muchos y muy populares personajes que la gente aún me recuerda por la calle. La Bruja Lola, el padre de Julio Iglesias -Papuchi-, la Pantoja de Puerto Rico, la becaria Bea... fueron personajes que la gente siguió muchísimo y que calaron hondo en los televidentes.

-Después de todos estos años, ¿hay algún famoso que se le resista poder imitar?

-Muchos. Trabajo diariamente en ir logrando objetivos. Para Yes, We Spain is different, por ejemplo, se plantearon situaciones que me obligaron a buscar voces que no hacía. En la función, Esperanza Aguirre o Mariano Rajoy cantan y bailan... ¿Cómo se imagina usted a Esperanza Aguirre protagonizando un número de cabaret?.. Ese fue parte de mi extensa preparación. Ahora trabajo en muchos otros, mujeres sobre todo, que son las que más se me resisten.

-De todos los personajes que ha doblado en películas, ¿tiene algún favorito?

-Quizás Garfield. Me dieron total libertad para buscar un registro muy distinto al que en su versión original le dio el actor Bill Murray al gatito. Aquí lo hicimos más felino, más puñetero... ¡aún más de lo que es Garfield en sí! Pero todos me encantan, es un mundo apasionante para mí: Happy Feet, la bruja Cornelia de Los cachorros y el código de Marco Polo, los 5 buitres de El Libro de la Selva... ¡Es fantástico el doblaje!

-¿Se aventuraría a volver a tener su late-night como Latrevisión?

-¿Por qué no? Desde muy joven decidí arriesgar. Y creo que todo lo que he hecho, lo bueno y lo malo, me ha servido para crecer y aprender. Ahora, con más años y mucha más experiencia, tendría mucho más que aportar...

-¿Cuándo se dio cuenta de que tenía talento para este arte?

-Desde niño. Mis padres se dieron cuenta antes que yo, cuando recibían llamadas del cole informándoles de que me habían castigado por imitar a los profes o a los compañeros... ¡ja, ja!. Jamás creí que se podría convertir en mi profesión...

-¿Cree que participar en 'Esta cara me suena' es el colmo de un imitador?

-Pues creo que es un fantástico modo de demostrar que imitar no es fácil.