Una nueva investigación realizada por científicos de la Universidad de Nottingham (Reino Unido) sugiere que los contaminantes químicos ambientales que se encuentran en el hogar y los alimentos tienen efectos adversos sobre la fertilidad de los perros domésticos.

Un estudio previo realizado por los expertos de esta universidad británica mostró que la calidad del esperma en los perros domésticos ha disminuido drásticamente, lo que plantea la cuestión de si los productos químicos en el entorno del hogar podrían ser culpables, al menos en parte.

En un nuevo artículo, publicado en la revista 'Scientific Reports', el equipo de investigación se propuso probar los efectos de dos químicos específicos hechos por el hombre, a saber, el plastificante DEHP, abundante en el hogar (por ejemplo, alfombras, suelos, tapicería, ropa, cables o juguetes) y el bifenilo policlorado químico industrial persistente 153, que aunque prohibido a nivel mundial, sigue siendo detectable en el medio ambiente, incluidos los alimentos.

Los investigadores llevaron a cabo experimentos idénticos en hombres y perros utilizando muestras de espermatozoides de donantes y canes que viven en la misma región de Reino Unido. Los resultados muestran que los productos químicos, en concentraciones relevantes para la exposición ambiental, tienen el mismo efecto perjudicial sobre el esperma tanto del hombre como del perro.

En ambos casos y en ambos sujetos, el efecto fue una reducción de la motilidad del esperma y una mayor fragmentación del ADN. "Sabemos que cuando la motilidad del esperma humano es pobre, la fragmentación del ADN aumenta y que la infertilidad masculina humana está relacionada con un aumento en los niveles de daño del ADN en el esperma. Ahora creemos que esto es igual en perros que viven el mismo ambiente doméstico y están expuestos a los mismos contaminantes domésticos", detallan los investigadores.