Se muestra optimista el empresario Maurizio Pizzuti cuando habla de los proyectos de Dirk Bikkembergs -la marca de que es propietario- que la crisis no ha logrado detener, entre ellos la apertura de su primera flagship en España, en el paseo de Gràcia barcelonés. "Si dijera que la situación económica no nos afecta, me crecería la nariz como a Pinocho", dice con humor. Y añade: "Un empresario tiene que ser siempre optimista. Y en esta coyuntura tienes que arriesgarte y jugar la partida. Si te quedas en casa y tiras la llave, estás perdido".

Coraje no le falta a este italiano de 59 años, casado y con tres hijos, que compró la firma Dirk Bikkembergs tras muchos años produciendo las exitosas líneas de calzado del diseñador que da nombre a la marca y que sigue estando al frente del equipo de diseño. "Abrir este negocio, más que un acto de valentía, nos parece una oportunidad; lo atrevido fue, en su momento, comprar una marca de ropa cuando nuestro oficio no era ese sino la industria del calzado".

Dirk Bikkembergs es una firma, pero también el nombre de un diseñador, nacido en Alemania en 1959, pero criado y educado en Bélgica, y que forma parte de lo que se conoció como los seis de Amberes, una promoción de la escuela de moda de esa ciudad que irrumpió a mediados de los ochenta con nuevas ideas y mucho éxito, en un universo dominado entonces por creadores italianos y franceses.

A diferencia de sus colegas de generación, como Ann Demeulemeester o Martin Margiela, muy conceptuales y vanguardistas y algo sombríos en su forma de crear (Dries Van Noten se inclinaba, en cambio, por la estética étnica), Bikkembergs se centró enseguida en el mundo del deporte, del fútbol en concreto. La idea era "unir la sensualidad de la moda con la fuerza del deporte", como reza en su página web.

Su ropa y complementos encajan con el espíritu de los aficionados y practicantes de deportes en su versión más contemporánea. Y seguramente por ello, cuenta con muchos futbolistas de elite entre sus clientes, algunos de manera oficial, ya que ha vestido a varios equipos, como actualmente el Málaga, y ha hecho desfiles en estadios de fútbol, como el de San Siro, en Milán (2001), y en las gradas del Camp Nou, en Barcelona, en el 2005.

De una de las zapatillas que ideó, inspirada en las de fútbol y que tiene el logo bien visible en los lados, se han vendido dos millones y medio de pares, "algo insólito en la moda", puntualiza Pizzuti, con un cierto orgullo, ya que considera como propia parte del éxito.