Después de analizar todos los estilismos que lucieron las actrices más internacionales nos hemos querido fijar también en sus peinados y como no, en su maquillaje que podríamos decir que es el complemento más importante para una noche tan especial como la de los Óscar.

En cuanto al pelo, la mayoría se decantó por los tradicionales recogidos, que muestran un look más sofisticado y más elegante para una noche como esta en la que todas fueron muy correctas y discretas dejando los atrevimientos para otra ocasión. Entre las que se decantaron por este tipo de recogidos, la mayoría lo hicieron por uno bajo, con la parte delantera suelta, lo que da un toque más informal. Las más acertadas en esta ocasión fueron Olivia Wilde o Camila Alves. Ambas también optaron por un maquillaje muy suave a pesar de la noche, utilizando tonos nude, que se han convertido en los más usados.

Por otro tipo de recogido optó nuestra actriz más conocida, Penélope Cruz, que eligió para la ocasión un sencillo moño alto muy estirado y retirado de la cara. Para el maquillaje también se decantó pos los tonos tierra, una gama de colores que favorecen mucho a la actriz española.

Pero también hubo rubias que decidieron recoger su melena, como la extravagante Lady Gaga que apareció muy "discreta" a diferencia de lo que nos tiene acostumbrados y Julia Roberts, con una gran facilidad para cambiar el color de su pelo. Ambas prefirieron el recogido bajo.

Pero aunque la mayoría se decantaron por el recogido también las hubo que decidieron lucir melena y dejaron su pelo suelto. Entre ellas la más guapa fue Angelina Jolie, con las puntas ligeramente rizadas. Sandra Bullok también llevaba el pelo suelto, pero recogido en un lado y con las ondas mucho más pronunciadas.

Pero si algo hay que destacar este año es que muchas de ellas llevaban el pelo muy corto, y es que parece ser que lo de llevarlo corto se ha puesto de moda ya que muchas como Charlize Theron, Jennifer Lawrence, Lupita Nyong'o, Anne Hathaway o Elsa Pataki lucieron el corte de pelo pronunciado. Una decisión muy arriesgada, pero de la que muchas han salido beneficiadas, ya que deja el máximo protagonismo al vestuario y a la cara.