Los hombres siguen la moda y cada temporada se adaptan a las tendencias que marcan la diferencia entre una imagen actual y un look 'pasado de rosca'. Este invierno los abrigos envolventes se vuelven imprescindibles, para llevarlos a diario de forma desenfadada, sobre los trajes que se estrechan y adaptan a la figura, buscando un efecto de senfadada elegancia, con detalles como la sustitución de la camisa por camisetas de algodón.

La tendencia 'ochentera' también se deja sentir en el resurgir de los jerséis de punto grueso, auténticas estrellas para fines de semana en la ciudad o en la montaña, siempre acompañados por pantalones en tonalidades llamativas como el fresa, el verde y el inefable azul tinta.

También revive la camisa Oxford, en su clásico azul celeste, rosa o blanco, y las de rayas estrechas de toda la vida, que tratan a toda costa de restar protagonismo a los cuadros.

Invertir en una buena chaqueta siempre es fundamental. Puede llevarse con vaqueros, con chinos y con pantalones de traje. Sirve para salir, para reuniones más formales o como básico para el "casual friday" de la oficina. Los tonos marrones y el azul marino siempre son un acierto.

El vaquero no vive este invierno su mejor momento, pero hay que tener, al menos dos pares, claros y oscuros, que sienten como un guante, a tenor de la silueta. Y la corbata tampoco puede faltar en el vestuario invernal de los hombres, justo el momento del año en el que más apetece ponérsela. Quienes la utilizan para trabajar deben tener al menos media docena, y dos o tres en tonos lisos como el azul marino, negro, verde botella y granate.

Los enormes fulares sustituyen a las corbatas, y se llevan en cualquier ocasión, como el pañuelo de bolsillo, uno de esos detalles de coquetería que distinguen a un auténtico gentleman.