Causar una buena impresión desde el minuto uno es importante cuando alguien ha de valorar en poco tiempo no sólo los conocimientos, sino también rasgos de la personalidad del candidato a un puesto de trabajo. El primer consejo es informarse a fondo de la empresa en cuestión y adecuar vestuario y maquillaje sin perder la propia personalidad ni sentirse incómoda.

La base

"Yo aconsejaría una imagen sencilla y natural, que no robe protagonismo a lo que realmente importa, que es la valía profesional", dice Maite Tuset, senior artist de la firma cosmética M.A.C. "Hidratar bien la piel para que se vea saludable es un buen comienzo para añadir después una base de maquillaje que le aporte un acabado perfecto y luminoso", concreta. "No hay que quedarse corta con la base, pero mucho menos pasarse", coincide Gato, maquillador ofi cial de Maybelline New York.

"Un truco que no falla para conseguir que la piel se vea bonita sin estar sobrecargada es aplicar una crema perfeccionadora (BB cream) y un toque de polvos sobre la zona T (frente y nariz)", aconseja. Daniel Sandler, maquillador de estrellas como la actriz Rachel Weisz o la modelo Kate Moss, propone utilizar "una base fluida, que no sea demasiado cubriente y que se adapte al tono de la piel, nunca más oscura.

Un poco de polvos compactos ayuda a fijar el maquillaje. Conviene llevarlos en el bolso para posibles retoques", señala.

Ojos despiertos

"Una sola pasada de máscara de pestañas puede ser suficiente después de darles forma con un rizador que abra la mirada", comenta Gato. "Cuidar, peinar y definir las cejas ayuda a trasmitir la imagen de persona ordenada y detallista, dos cualidades valoradas laboralmente", opina.

Eyeliners y sombras de ojos pueden aportar interés y profundidad a la mirada. "Sombrear la piel se transparente, intensificar el contorno con un lápiz y aplicar la máscara con un toque ligero da buen resultado", asegura Maite Tuset, de M.A.C. Marta Gamarra, directora de formación de Dr. Colbert MD, Eve Lom o Eyeko, recomienda una sombra única, "máximo dos si se está acostumbrada", y "una línea de lápiz de ojos si se usa a diario".

El maquillador Daniel Sandler propone "sombras nude, marrones o rosadas", nunca llamativas, y sugiere "evitar brillos, purpurinas y exceso de pigmento o de negro".

Un toque de color

El colorete, bien elegido y aplicado, aporta un saludable rubor, "siempre que sean tonos rosados o salmón", recomienda Gato. Daniel Sandler coincide en la discreción y opta por el "rosa suave o melocotón" y en textura líquida. "Hay que aplicarlo con brocha, de forma gradual y extendiéndolo por el pómulo, que disimulalas caras redondeadas". Para los labios lo más fácil son los nude, que destacan y potencian su color natural. Maite Tuset, de M.A.C., sugiere "usar antes un bálsamo hidratante".

Hablan las manos

"Se ven mucho en una entrevista -destaca Alicia Benza, directora técnica de OPI España-, y por eso hay que nutrir y cuidar las cutículas con productos como aceite exfoliante con hidroxiácidos", explica. En cuanto al color de las uñas, "una capa de brillo transparente es una alternativa limpia y discreta, pero, dependiendo del puesto de trabajo, se puede arriesgar máspara demostrar que se está al día de las últimas tendencias. Para entornos tradicionales, los nude o los tonos porcelana son un acierto, pero, en otros sectores, las uñas rojas o granates, a juego con el pintalabios, resultan muy elegantes y demuestran carácter", señala la experta. Marta Gamarra hace hincapié en la necesidad de llevar las uñas "cortas y cuidadas" y se inclina por un esmalte transparente. Advierte que, caso de optar por las lacas más visibles, "la manicura ha de estar impecable".

Cabello en orden

Comodidad ante todo, y si se va con el pelo suelto, evitar tocarlo continuamente. No conviene peinarse con semirrecogidos deshechos, porque pueden ofrecer una imagen poco profesional para según qué tipo de trabajo. La apuesta más segura es una coleta,