Nueve de cada diez ciudadanos se resfriarán con el inminente cambio de temperatura y las primeras lluvias. Algunos incluso dos veces en un año, según recoge un estudio realizado por el Laboratorio Cinfa que indica que las infecciones del tracto respiratorio son uno de los cinco diagnóstico más frecuentes en las consultas de atención primaria y constituyen la mayor causa de absentismo laboral y escolar. La doctora Garré ha declarado que aunque el resfriado no es una patología grave, los síntomas resultan muy molestos y no hay tratamiento que lo erradique ni cure como tal.

El resfriado es una infección viral, del tracto respiratorio que no produce fiebre y que a menudo cursa como inflamación de nariz, senos, laringe, tráquea y bronquios. Para hacerle frente, los expertos aconsejan poner en práctica un decálogo de medidas higiénicas para evitar la trasmisión de los virus y los contagios.

Descansar todo lo posible. Especialmente si hay fiebre, permite recuperar fuerzas.

Alimentarse adecuadamente. Las frutas y verduras sonfuente de vitaminas y minerales que ayudan al cuerpo a desarrollar sus defensas.

Mantener un ambiente cálido. Una atmósfera seca y cálida evita refriarse más.

Dejar de fumar y evitar los ambientes de humo para que la garganta y las mucosas no se irriten.

Beber muchos líquidos ya que ayudan a eliminar la mucosidad, previenen los cuadros de deshidratación y alivian el dolor de garganta.

Evitar cambios bruscos de temperatura, así como las bebidas frías, con hielos, o calientes.

Evitar la automedicación, el farmacéutico informará sobre los hábitos saludables y los tratamiento aconsejables.

Cuidado con los antibióticos. Los antibióticos no son efectivos contra el catarro ya que está causado por un virus y no por una bacteria. No hay que tomarlos por cuenta propia porque crean resistencia y cuando sean necesarios podrían no ser efectivos.

Aspiraciones de agua con sal o vahos de eucalipto. Son aconsejables para aliviar la congestión nasal. En los niños se recomienda el lavado con suero fisiológico 15 minutos antes de las comidas y antes de irse a dormir.

Agua caliente con limón y miel. También se pueden hacer gárgaras con agua para calmar el dolor de garganta. No es aconsejable tomar leche con miel ya que los lácteos pueden aumentar la mucosidad, lo que empeoraría la situación.