Las residencias de la tercera edad son lugares en los que las personas mayores van a pasar los últimos años de sus vidas, por lo que deben estar perfectamente atendidas para que sus vivencias sean tranquilas y agradables.

La geriatría es una de las áreas médicas más complejas en la práctica diaria. Para lograr estas atenciones hay que elegir el lugar adecuado.

La decisión es delicada, por eso los médicos siempre precisan que lo fundamental es encontrar una residencia que disponga de cuidados y asistencias geriátricas integrales.

También cobra cada vez más relevancia la asistencia a domicilio para realizar un seguimiento de pacientes que no están en condiciones de desplazarse a las consultas, sobre todo en pacientes con demencias y enfermedades degenerativas. El médico realiza un seguimiento personalizado, valorando absolutamente todos los detalles.

Los especialistas consultados se muestran partidarios de que solamente se lleven a cabo los ingresos estrictamente necesarios.

En la residencia los mayores disfrutan de toda clase de servicios, entre ellos fisioterapia. Otra de las ventajas de un centro especializado es el estricto control de la medicación que debe tomar cada persona, algo que a veces resulta difícil de llevar a cabo en casa.

La atención a la tercera edad ha experimentado una evolución espectacular en los últimos años. Los cambios han ido parejos a la entrada en funcionamiento de establecimientos asistenciales que brindan tanto la posibilidad de residir en ellos como de acudir a los servicios paralelos que ofrecen.

Las residencias, hoy en día, son centros en los que se atienden necesidades sociales, sanitarias y de cuidados a numerosos ancianos que, por diversas circunstancias -fundamentalmente, soledad o pérdida de autonomía-, precisan de asegurar dichos cuidados fuera del domicilio.

Dicha atención se presta de forma temporal o permanente hasta el final de la vida del residente. En los centros los cuidados son proporcionados por parte de un grupo cada vez más amplio de profesionales y, cada vez más, tienen un enfoque no estrictamente de custodia del anciano.

Hoy en día, las residencias, muy diferentes, se basan en la atención no sólo de las necesidades de cuidados básicos, alojamiento y hostelería del residente, sino en la promoción de su autonomía, su dignidad y su desarrollo personal. En las últimas décadas se ha asistido a un aumento considerable en el número de residentes.