La pubertad es la primera etapa de la adolescencia. Es el paso de la infancia a la vida adulta, pero ¿qué pasa cuando esos cambios físicos llegan antes de tiempo? La pubertad precoz preocupa, y mucho, a los padres, sobre todo en el caso de las niñas. Se da en una de cada 20 y la consulta al pediatra se tercia aconsejable para estudiar las posibles causas de ese desarrollo prematuro, si es que las hay, y de paso tranquilizar a los padres. La pubertad precoz puede afectar al crecimiento de una niña y, en ocasiones, llevar aparejados problemas psicológicos y de adaptación si ese desarrollo prematuro les acompleja.

Los antecedentes familiares, la alimentación y otras causas ambientales pueden influir en la edad de aparición de la pubertad, y que ésta se produzca antes de la edad considerada normal, véase entre los 8 y los 12 años, aunque en la mayoría de los casos no llega a saberse la causa y ese desarrollo transcurre de forma normal. Al respecto, el doctor Pedro Navarro, pediatra de atención primaria, confirma que la pubertad normal se ha adelantado un par de años y que ahora lo normal es que la primera regla (menarquía) llegue a los 12 años.

Los síntomas de una pubertad precoz en las niñas son claros porque el desarrollo mamario se produce antes de los 8 años, aunque también se habla de una pubertad adelantada cuando ese aumento del pecho llega entre los 8 y los 10.

Lo normal, apunta Navarro, es que desde la aparición de los primeras características sexuales secundarias (aumento del pecho, vello en el pubis y las axilas, olor, acné) hasta que aparece la primera regla pasen unos dos años o tres años, periodo en el que los niños en general suelen ganar el 25% de su estatura definitiva. De ahí, añade el pediatra, la importancia de que las niñas no tengan un desarrollo precoz, "porque cuando aparece la regla se ralentiza el aumento de talla hasta desaparecer en apenas unos años, con un crecimiento en ese tiempo de uno o dos centímetros al año".

Con todo, aclara el doctor Juan Pedro López Siguero, endocrino pediatra del Hospital materno infantil, si la pubertad precoz aparece a partir de los 7 años "casi seguro que todo es normal". Ahora bien, la situación se agrava si aparece antes de los 7 años porque "cuanto más joven aparecen los síntomas en una niña, más riesgo hay que haya algo".

En estos casos, lo primero es descartar que la causa de ese despertar temprano de las hormonas sexuales sea orgánica. Según explica Pedro Navarro, vicepresidente del Colegio de médicos de Málaga, "hay que estudiar por qué se despierta el cerebro y empieza a segregar hormonas sexuales. A veces hablas con la madre y resulta que a ella le pasó lo mismo a esa edad, pero si no es así, si no hay antecedentes familiares, a lo mejor es que hay algo que está provocando esa segregación hormonal, como puede ser un tumor, infecciones o algún tratamiento médico previo".

Así, en un desarrollo normal, cuando el hipotálamo se considera maduro da la orden de empezar a segregar hormonas, de forma que los ovarios empiezan a funcionar. El problema está en que si esto ocurre antes de los 8 años hay que estudiar si hay alguna causa que lo justifique. "Si no se ve nada, se evalúa si poner un tratamiento para frenar la aparición de la regla y evitar que esa niña vea comprometida su talla y se sienta bajita, ya que eso le puede afectar psicológicamente y sentirse acomplejada", explica el doctor López Siguero. En los casos de pubertad adelantada, añade, "se valora la posibilidad de un tratamiento, aunque normalmente no hay que hacer nada".

Sólo si la pubertad precoz llega antes de los 8 años se contempla realizar un estudio para determinar la edad ósea, que determina la edad de desarrollo real de la niña, y saber, más o menos, cuando va a tener la regla y cuánto va a crecer. "En el caso de una pubertad adelantada, depende de cómo sea el crecimiento de la niña, que si tiene 10 años, pero tiene unos huesos bien formados y es madura intelectualmente, poco puedes hacer, salvo recordar a los padres que esa niña entra en una edad fértil", plantea el pediatra.

En cualquier caso, añade Pedro Navarro, la puerta de entrada a posibles tratamientos es el pediatra, "que, por lo general, conoce a la niña desde que nació y que va viendo su evolución". De hecho, "hay veces que tú sorprendes a los padres diciéndoles que vamos a hacer un estudio hormonal con una analítica y dependiendo del resultado, inicias un estudio y, si lo ves necesario, lo mandas al endocrino para valore a la niña".

Más frecuente en niñas adoptadas

Sobre la prevalencia de los casos de pubertad precoz, López Siguero refiere que es más frecuente en niñas adoptadas, "porque la mejora de la nutrición provoca que crezcan más deprisa", y en niñas con problemas de sobrepeso "porque la obesidad condiciona un adelanto en el desarrollo". Pero más allá de causas alimentarias, el desarrollo prematuro también se relaciona con los contaminantes estrogénicos, "presentes en la vida diaria, caso de los botellas de plástico, en muchas cremas o en las tapicerías de los coches", y que tienen un efecto parecido a las hormonas femeninas. En la consulta de endocrinología infantil del materno se atienden cada año entre 20 y 30 casos nuevos de pubertad precoz.

Sobre los consecuencias para las niñas, el doctor Navarro afirma que "muchas ven la aparición de las características sexuales secundarias como una agresión; no les gusta verse con pecho o vello, pero porque todavía tienen una mentalidad infantil, y la aparición de la primera regla les asusta mucho. Desde el punto de vista psicológico supone, muchas veces, un cambio muy brusco".

Al respecto, el pediatra aconseja a los padres, sobre todo en el caso de las niñas menores de 8 años, que estén atentos a su desarrollo, que vivan la situación con normalidad y que consulten con su médico ante cualquier duda "porque si los primeros síntomas pasan desapercibidos y aparece la primera regla de forma precoz el crecimiento se frena" y poco más se puede hacer.