A lo largo del día, nuestra espalda está sometida a tensiones y cargas provocadas por las prisas, los atascos, las constantes preocupaciones, las entregas de trabajos con fecha límite o las emociones mal gestionadas. Estos factores, tal y como destaca Marta Leyda, especialista en Fisioterapia de Hospital Quirón Torrevieja, «hacen que el tono de nuestros músculos aumente y, sostenidos en el tiempo, provoquen dolor, acortamiento muscular y sensación de rigidez y bloqueo».

Llevar una vida sedentaria y coger peso de forma inadecuada también aumenta la probabilidad de que aparezcan molestias en el cuello o en la parte baja de la espalda, que, según Marta Leyda, «no es ni más ni menos que un grito silencioso para que dejemos de maltratarlos y nos replanteemos cómo queremos hacer las cosas».

Esto no sólo les ocurre a las personas que trabajan, ya que las que están sin empleo también suelen ser foco de estrés prolongado debido a las dificultades económicas que atraviesan. La doctora Leiva subraya que, «la intranquilidad y desasosiego que les genera pensar en su futuro y el de su familia, les causa una tensión que puede desembocar en dolor de espalda y otras dolencias musculares».

Estrategias

Ahora que estamos en verano, que los días son más largos y que la luz y el buen tiempo nos invitan a salir a la naturaleza, veamos qué sencillas estrategias podemos llevar a cabo para disminuir la tensión muscular y cuidar nuestra espalda:

1. Disminuye la velocidad en tu vida. En vacaciones ya no hay horarios, no hay necesidad de hacer cinco cosas a la vez y en tiempo record. De esta forma, evitamos poner en tensión nuestros músculos.

2. Practica la atención plena. Debemos estar centrados en cada cosa que hacemos, en el momento presente.

3. Empieza el día desperezándote. Dediquemos unos minutos a estirar cada uno de nuestros músculos al despertar.

4. Realiza estiramientos a diario. Busquemos espacios naturales como la playa, la montaña o la pinada, para practicar estiramientos musculares que disminuyan la rigidez y las molestias.

5. Practica aquel deporte que te haga disfrutar. Busca aquella modalidad que te haga fluir y que no te resulte una obligación. El ejercicio físico permite aumentar la fuerza y la resistencia de nuestros músculos y provoca la liberación de endorfinas y serotonina.

6. Mantén tu mente flexible para mantener tu espalda flexible. Nuestro cuerpo y nuestra forma de movernos expresan nuestra manera de ser y pensar. Si mantenemos la mente y el pensamiento flexible, nuestro sistema musculoesquelético también lo estará.

7. Aligera la carga de tu «mochila» personal. No asumamos responsabilidades que no nos competen, no suframos por todo, ni nos pongamos obligaciones innecesarias.

8. Regálate permisos. Que no sea todo trabajar, hacer limpiezas a fondo, poner orden y realizar cosas que «tenemos que hacer».

9. Concedámonos permisos para disfrutar y desconectar. La alegría de vivir y las risas ayudan a liberar tensiones.

10. Nutre tu niño interior. Regálate un masaje de relajación, una sesión de spa, practica ejercicios de relajación o medita. Cuida, alimenta y mima a tu niño interior.

11. Sonríe y siempre que puedas ríe con tus amigos. Esbozar una sonrisa supone menor gasto energético a nivel muscular que poner cara de preocupación o enfado. Además, ayuda a aliviar el estrés y a liberar tensiones musculares.